Lugar: Kenia/Tanzania
Palabra de Dios: 1 Samuel 17:34-37
¿Qué harías para demostrar que eres valiente? ¿Estarías dispuesto a enfrentar a un león? En una época, eso era lo que todos los varones masai debían hacer, para demostrar su coraje. Debían cazar un león usando únicamente una lanza. Solo entonces la gente los consideraría hombres. Después de todo, quienes han enfrentado a un león pueden enfrentar cualquier situación en la vida.
¿Quiénes son los masai? Son un grupo de personas nómadas que han estado peregrinando por el este de África durante unos mil años. Ya no emplean más la prueba del león, pero los guerreros masai todavía son conocidos por su fuerza, su valentía y su resistencia.
La Biblia cuenta la historia de un muchacho que también enfrentó a un león. Cuando David se presentó delante del rey Saúl, ofreciéndose como voluntario para pelear en contra del gigante Goliat, Saúl dijo que era demasiado joven. ¿Cómo respondió David?
"A mí me toca cuidar el rebaño de mi padre. Cuando un león o un oso viene y se lleva una oveja del rebaño, yo lo persigo y lo golpeo hasta que suelta la presa. Y si el animal me ataca, lo sigo golpeando hasta matarlo. Si este siervo de Su Majestad ha matado leones y osos, lo mismo puede hacer con ese filisteo pagano, porque está desafiando al ejército del Dios viviente".
David había peleado en contra de osos y de leones, y ahora estaba dispuesto a derrotar al gigante. Pero, no estaba tratando de probar cuan valiente era; en realidad, no confiaba en su propia fuerza o su valor. Esto es lo que sigue diciendo el texto: "El Señor, que me libró de las garras del león y del oso, también me librará del poder de ese filisteo".
David puso su confianza en Dios. Y eso es lo que tú y yo también deberíamos hacer.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson