Como él se demoraba, los varones los asieron de la mano, a él, a su mujer y a sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad (Génesis 19. 16).
En este relato bíblico aparecen tres mujeres cuyos nombres no conocemos, pero de las cuales podemos aprender grandes lecciones para el día de hoy. Lot era sobrino de Abraham y había aprendido de este grandes valores morales, pero desgraciadamente no contaba con una esposa leal a los principios divinos. Aunque la Biblia también registra los errores cometidos por Sara, esposa de Abraham, existe una diferencia abismal entre estas dos mujeres.
Cuando Abraham dio a su sobrino la oportunidad de escoger entre la llanura y las montañas, lo más probable es que las mujeres de ambos también influyeran sobre la decisión. Por lo visto, Sara era una mujer humilde que pensaba más en el bienestar de su esposo que en el suyo propio. Además, las bendiciones espirituales eran de. vital importancia para ella. Sin embargo, la esposa de su sobrino político vio en la llanura una oportunidad de prosperar.
Ambas cosecharon lo que sembraron. La vida de Sara estuvo llena de altibajos gracias a los cuales Dios pudo obrar su propósito en ella. Tras la muerte de esta gran mujer, su esposo e hijo la lloraron. Sin embargo, la historia de la esposa de Lot es completamente distinta. Se identificó tanto con el paganismo que dejó cautivo en él su corazón y los de sus hijas. El dramático final que tuvo esta mujer fue resultado de su deseo de parecerse al mundo. Sus hijas cayeron bajo la condenación del incesto convirtiéndose en las progenituras de naciones enemigas del pueblo de Dios.
Cada día tú vas escribiendo las páginas de tu destino. Dios te ha llamado para algo especial, pero tienes que tomar tus propias decisiones. O te identificas con el mundo, o te consideras peregrina y extranjera, en camino hacia tu verdadera patria. No tienes por qué terminar convertida en estatua de sal. Dios tiene una corona de gloria para ti. ¿Qué decisiones tomarás?
El corazón hace nido donde se aloja la mirada.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
En este relato bíblico aparecen tres mujeres cuyos nombres no conocemos, pero de las cuales podemos aprender grandes lecciones para el día de hoy. Lot era sobrino de Abraham y había aprendido de este grandes valores morales, pero desgraciadamente no contaba con una esposa leal a los principios divinos. Aunque la Biblia también registra los errores cometidos por Sara, esposa de Abraham, existe una diferencia abismal entre estas dos mujeres.
Cuando Abraham dio a su sobrino la oportunidad de escoger entre la llanura y las montañas, lo más probable es que las mujeres de ambos también influyeran sobre la decisión. Por lo visto, Sara era una mujer humilde que pensaba más en el bienestar de su esposo que en el suyo propio. Además, las bendiciones espirituales eran de. vital importancia para ella. Sin embargo, la esposa de su sobrino político vio en la llanura una oportunidad de prosperar.
Ambas cosecharon lo que sembraron. La vida de Sara estuvo llena de altibajos gracias a los cuales Dios pudo obrar su propósito en ella. Tras la muerte de esta gran mujer, su esposo e hijo la lloraron. Sin embargo, la historia de la esposa de Lot es completamente distinta. Se identificó tanto con el paganismo que dejó cautivo en él su corazón y los de sus hijas. El dramático final que tuvo esta mujer fue resultado de su deseo de parecerse al mundo. Sus hijas cayeron bajo la condenación del incesto convirtiéndose en las progenituras de naciones enemigas del pueblo de Dios.
Cada día tú vas escribiendo las páginas de tu destino. Dios te ha llamado para algo especial, pero tienes que tomar tus propias decisiones. O te identificas con el mundo, o te consideras peregrina y extranjera, en camino hacia tu verdadera patria. No tienes por qué terminar convertida en estatua de sal. Dios tiene una corona de gloria para ti. ¿Qué decisiones tomarás?
El corazón hace nido donde se aloja la mirada.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera