«Además preparó hierro en abundancia para los clavos de las puertas y para las grapas; también una inmensa cantidad de bronce» (I Crónicas 22:3).
El hierro es un metal asombroso. Como habrás notado durante todas nuestras aventuras con el pueblo de Dios, el hierro está por todas partes. De hecho, gran parte de la tierra está compuesta de hierro.
El hierro se puede combinar con otros elementos para crear materiales que son muy útiles. Uno de esos materiales es el acero. Cuando el hierro es mezclado con los elementos necesarios y calentado a la temperatura ideal, obtenemos acero. El acero es un metal muy duro y resistente con el que se fabrican, entre otras cosas, vehículos. El hierro es muy bueno y útil, pero el acero le gana con ventaja.
Dios ha hecho de nosotros personas muy especiales, pero al igual que el hierro, necesitamos algo adicional que haga de nosotros las mejores personas posibles. ¡Necesitamos a Dios! Lo necesitamos para tomar decisiones correctas en nuestra vida. Lo necesitamos para poder superar de manera victoriosa los momentos difíciles. Sin Dios, sería imposible alcanzar la eternidad en el cielo. Permite que él te convierta en un cristiano fuerte como el acero en este mundo antiguo y debilitado.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush