«Cuando los camellos terminaron de beber, el hombre tomó un anillo de oro que pesaba como seis gramos, y se lo puso a ella en la nariz. También le dio dos brazaletes de oro que pesaban más de cien gramos» (Génesis 18:11).
Camellos, camellos y más camellos. Están por todas partes en la Biblia. ¡Dejemos de caminar hoy y demos un paseo en camello! Los camellos eran como los vehículos de los tiempos antiguos. En ellos la gente trasportaba los víveres, iba a la iglesia, e incluso paseaba los domingos para disfrutar de la naturaleza.
Pero para mí lo más maravilloso de los útiles camellos es que pueden pasar meses sin tomar agua. Los camellos toman grandes cantidades de agua de una sola vez cuando tienen sed. El agua que beben se queda almacenada en las jorobas que tienen en su espalda. Podemos darnos cuenta de cuándo un camello necesita agua porque su joroba comienza a desinflarse.
Dios hizo a los camellos de una manera maravillosa. Son animales sumamente útiles. Nosotros también podemos ser útiles para Dios gracias a los dones y talentos que nos ha dado. A través de ellos, podemos darlo a conocer a otras personas de una mane especial. Pidámosle hoy que nos use para que otros conozcan su amor
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush