No temas, porque yo estoy contigo (Génesis 26:24).
La soledad constituye para muchas personas su peor pesadilla. Pero sentirse solo no siempre implica estar solo físicamente. En ocasiones puedes estar rodeada de personas y, sin embargo, sentirte en la soledad más absoluta. ¿Has experimentado alguna vez esta sensación? ¡Terrible!, ¿verdad?
Nuestro mundo, cada vez más poblado, irónicamente impone una cada vez mayor soledad. Son muchos los hogares donde conviven personas extrañas que duermen y se alimentan juntos físicamente, pero no emocionalmente. Las necesidades del ser humano no se limitan a las físicas y materiales que por supuesto son importantes, sino que también incluyen las sociales, como la compañía de alguien que te comprenda, que te valore, que te ame incondicionalmente. Sin eso, una persona se siente incompleta.
Si le sientes sola aun cuando estas en medio de otras personas; si en tu trabajo únicamente encuentras el vacío de tener que cumplir una Jornada más; si tu hogar se ha convertido en un espacio compartido con muchas otras personas, si tu vida espiritual está vacía, hoy te traigo una promesa alentadora, un mensaje que puede cambiar tu fría soledad: en Jesús encontraras al mejor amigo, el que nunca te abandona, al que puedes acudir en todo momento, el que te da su amor. Un amigo incondicional, verdadero y fiel.
Haz tuyas estas palabras: «Sola no estoy, Jesús está a mi lado. / Amigo fiel que no me dejara. / Sola no estoy, en tempestad o en calma, / mi buen Jesús su protección me da. / Aunque la tempestad me agote / y el mundo me desprecie, / no temeré llevar su cruz. / Sola no estoy, mi compañero es Cristo. / De día y de noche fiel me cuidara. / Sola no estoy en el hostil camino. / Es mi broquel, me fortalecerá. / Así camino hoy con pleno gozo, / sola no estoy, Jesús conmigo esta».
¿Lo comprendes ahora? Puedes carecer de compañía humana, pero nunca de la compañía de ese amigo incomparable. Solo tienes que llamarlo, no por vía telefónica ni por internet, sino mediante la oración. Y allí estará, para compartir tu vida,
Jesús es un amigo a tiempo completo.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
La soledad constituye para muchas personas su peor pesadilla. Pero sentirse solo no siempre implica estar solo físicamente. En ocasiones puedes estar rodeada de personas y, sin embargo, sentirte en la soledad más absoluta. ¿Has experimentado alguna vez esta sensación? ¡Terrible!, ¿verdad?
Nuestro mundo, cada vez más poblado, irónicamente impone una cada vez mayor soledad. Son muchos los hogares donde conviven personas extrañas que duermen y se alimentan juntos físicamente, pero no emocionalmente. Las necesidades del ser humano no se limitan a las físicas y materiales que por supuesto son importantes, sino que también incluyen las sociales, como la compañía de alguien que te comprenda, que te valore, que te ame incondicionalmente. Sin eso, una persona se siente incompleta.
Si le sientes sola aun cuando estas en medio de otras personas; si en tu trabajo únicamente encuentras el vacío de tener que cumplir una Jornada más; si tu hogar se ha convertido en un espacio compartido con muchas otras personas, si tu vida espiritual está vacía, hoy te traigo una promesa alentadora, un mensaje que puede cambiar tu fría soledad: en Jesús encontraras al mejor amigo, el que nunca te abandona, al que puedes acudir en todo momento, el que te da su amor. Un amigo incondicional, verdadero y fiel.
Haz tuyas estas palabras: «Sola no estoy, Jesús está a mi lado. / Amigo fiel que no me dejara. / Sola no estoy, en tempestad o en calma, / mi buen Jesús su protección me da. / Aunque la tempestad me agote / y el mundo me desprecie, / no temeré llevar su cruz. / Sola no estoy, mi compañero es Cristo. / De día y de noche fiel me cuidara. / Sola no estoy en el hostil camino. / Es mi broquel, me fortalecerá. / Así camino hoy con pleno gozo, / sola no estoy, Jesús conmigo esta».
¿Lo comprendes ahora? Puedes carecer de compañía humana, pero nunca de la compañía de ese amigo incomparable. Solo tienes que llamarlo, no por vía telefónica ni por internet, sino mediante la oración. Y allí estará, para compartir tu vida,
Jesús es un amigo a tiempo completo.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera