De la castilla, que Jehová Dios tomo del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. (Génesis 2:22).
Estudiábamos ayer acerca del privilegio que el Creador nos da de poder decidir qué vamos a elegir para nuestras vidas. Yo, por la gracia de Dios, quiero que mi elección sea estar siempre al lado de mi amante Salvador.
Cuando contemplo los dibujos animados que ve mi hijo, mi mente se sitúa en el Edén, en ese momento en que la creación parecía completa, y sin embargo, fallaba lo más bello por crear. Dios a veces juega al escondite. ¿Te sorprende mi comentario? Yo creo que eso fue lo que hizo con Adán. Él sabía que iba a crear a la mujer, pero esperó, la escondió, la guardó hasta que Adán sintiera la necesidad de recibirla. Dios siempre sabe cuál es el momento oportuno para darnos sorpresas. ¡Y qué sorpresas!
La Biblia nos dice que Adán puso nombre a todo animal, pero que no encontró ninguno con el que relacionarse de una manera especial (ver Gen. 2: 20). Puede ser que todo a tu alrededor marche, aparentemente bien e incluso que seas envidiada por otras mujeres que te consideren dichosa, pero que dentro de tu corazón sientas que te falta algo. No te desesperes, tu Dios tiene grandes sorpresas para ti. Fue en la necesidad donde un sueño profundo sobrevino a Adán. Cuando tu alma esté angustiada, dormir confiada en los brazos amorosos del Salvador resultará altamente beneficioso.
Adán durmió, pero no durante mucho tiempo. Tú también deberás dormir antes de despertarte y ver la salvación de tu Dios; pero no temas, él no torna la espera en desesperación, solo te está enseñando a ser paciente.
Cuando Adán despertó, se quedó deslumbrado al ver la creación más hermosa y más necesaria para él. Cuando tú te despiertes te darás cuenta de que Dios te ha reservado lo más necesario para tu vida. Eva, salida de una costilla, de uno de los huesos más vulnerables del cuerpo humano, fue puesta en este mundo para ser amada y para amar. Esa es tu gran misión, mujer. Es tu misma esencia.
Dios tiene un lugar especial para cada mujer, y este lugar espera por ti.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
Estudiábamos ayer acerca del privilegio que el Creador nos da de poder decidir qué vamos a elegir para nuestras vidas. Yo, por la gracia de Dios, quiero que mi elección sea estar siempre al lado de mi amante Salvador.
Cuando contemplo los dibujos animados que ve mi hijo, mi mente se sitúa en el Edén, en ese momento en que la creación parecía completa, y sin embargo, fallaba lo más bello por crear. Dios a veces juega al escondite. ¿Te sorprende mi comentario? Yo creo que eso fue lo que hizo con Adán. Él sabía que iba a crear a la mujer, pero esperó, la escondió, la guardó hasta que Adán sintiera la necesidad de recibirla. Dios siempre sabe cuál es el momento oportuno para darnos sorpresas. ¡Y qué sorpresas!
La Biblia nos dice que Adán puso nombre a todo animal, pero que no encontró ninguno con el que relacionarse de una manera especial (ver Gen. 2: 20). Puede ser que todo a tu alrededor marche, aparentemente bien e incluso que seas envidiada por otras mujeres que te consideren dichosa, pero que dentro de tu corazón sientas que te falta algo. No te desesperes, tu Dios tiene grandes sorpresas para ti. Fue en la necesidad donde un sueño profundo sobrevino a Adán. Cuando tu alma esté angustiada, dormir confiada en los brazos amorosos del Salvador resultará altamente beneficioso.
Adán durmió, pero no durante mucho tiempo. Tú también deberás dormir antes de despertarte y ver la salvación de tu Dios; pero no temas, él no torna la espera en desesperación, solo te está enseñando a ser paciente.
Cuando Adán despertó, se quedó deslumbrado al ver la creación más hermosa y más necesaria para él. Cuando tú te despiertes te darás cuenta de que Dios te ha reservado lo más necesario para tu vida. Eva, salida de una costilla, de uno de los huesos más vulnerables del cuerpo humano, fue puesta en este mundo para ser amada y para amar. Esa es tu gran misión, mujer. Es tu misma esencia.
Dios tiene un lugar especial para cada mujer, y este lugar espera por ti.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera