«El cuarto ángel vació su copa sobre el sol, y se le dio al sol
poder para quemar con fuego a la gente» (Apocalipsis 16:8).
¿Alguna vez has tenido una quemadura solar por haber estado mucho
tiempo expuesto al sol? Yo sí. Mi cara, mi cabeza, mis brazos y mis piernas
estaban rojos y me dolía mucho la piel. ¿Sabes por qué la piel se pone roja
cuando pasas mucho rato bajo el sol? Hay unos rayos llamados ultravioleta que
literalmente dañan la superficie de tu piel haciendo que los pequeños vasos
sanguíneos que están debajo de ella se rompan. Eso suena doloroso, ¿no?
El versículo de hoy habla de la peor quemadura solar de la
historia. Habla de plagas y terribles desastres que ocurrirán en la tierra a
causa del sol antes de que Jesús venga otra vez. Pero no te preocupes, Dios
protegerá a su pueblo y no dejará que ninguna cosa mala les ocurra a los que confían
en él.
Nosotros debemos aprender a confiar en Jesús ahora, ¿no te parece?
Pidámosle que guíe a su pueblo cada día. A medida que dejemos que Dios tenga el
control de nuestra vida aprenderemos a confiar más en él. Él es único que puede
salvarnos de las plagas, y el único que puede salvarnos del pecado. Confía hoy
en Dios y deja que él sea tu «protector solar».
Tomado de
Devocionales para menores
Explorando con
Jesús
Por Jim Feldbush