Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana (Lamentaciones 3:22, 23).
Estoy a punto de aterrizar en Amsterdam, para un congreso del Ministerio de la Mujer. Si miro por la ventana, puedo ver los primeros rayos del sol que aparecen a través de las nubes que rodean el aeropuerto. No pude dormir bien, pero agradezco a Dios por el privilegio de ver un nuevo día desde aquí arriba. Un nuevo día... ¡siempre es un desafío! Pero doy gracias por los nuevos días, las nuevas horas y los nuevos minutos; ¡incluso por los nuevos segundos! La pregunta es: ¿Está Dios en primer lugar en nuestras vidas cada día? Cuando ponemos a Dios en segundo lugar, nos hacemos un gran daño a nosotras mismas. Pero, cuando invitamos a Dios a estar en el centro de nuestras vidas, podemos reclamar tesoros espirituales que durarán para siempre. La promesa de Dios es darnos un nuevo comienzo cada mañana. Cuando pienso en esto, mi corazón rebosa de gozo. ¡Qué Dios tan maravilloso tenemos! No importa cómo haya sido el día de ayer, me puedo levantar por la mañana, y mirar hacia el cielo con la confianza de que las misericordias del Señor nunca fallarán; son nuevas cada mañana. Nunca se nos garantiza una vida fácil, un viaje seguro, una semana libre de problemas, hijos perfectos o un día perfecto. Sin embargo, sí se nos garantiza la ayuda de Dios y el éxito cuando entregamos cada detalle de la vida a él. Mi avión está aterrizando. Realmente no sé qué me tiene preparado Dios para este día. Pero he decidido confiar en él y agradecerle las bendiciones por anticipado. Quizás hoy tengas que enfrentar situaciones que te preocupan. Es justamente durante estos momentos difíciles que debes encontrar el valor para confiar en nuestro Padre amante. No importa el problema que estés enfrentando hoy, aférrate de la promesa: "Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana". Deshazte de los sentimientos de temor, y entrega tus preocupaciones al único que realmente puede ayudarte. Querido Señor, te agradezco hoy por tu misericordia y por un nuevo día. Ayúdame a confiar en ti incluso en los pequeños detalles de la vida diaria. En el nombre de Jesús. Amén.
Raquel Costa Arrais
Tomado de Meditaciones Matinales para la mujer
Mi Refugio
Autora: Ardis Dick Stenbkken
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