miércoles, 29 de agosto de 2012

UN GUSANO HAMBRIENTO


«Pero al amanecer del día siguiente Dios dispuso que un gusano la hiriera, y la planta se marchitó» (Jonás 4: 7, NVI).

Pobre Jonás. Acerquémonos a él y veamos por qué está tan molesto. Al parecer predicó en Nínive y el pueblo aceptó al Dios del cielo como su Dios. ¿Por qué está tan molesto entonces? Bueno, te cuento que Jonás opinaba que esa gente malvada debía morir; y creyó que Dios los destruiría. ¡Él había pasado tres días dentro de un pez, y esta gente se salvaría! Le parecía injusto. Estaba dominado por la ira y solo pensaba en sí mismo. 
El egoísmo puede ser como ese pequeño gusano y «comernos» hasta marchitarnos. No le hacemos ningún bien a nadie si solo pensamos en nosotros mismos. Dios quiere que nos ocupemos de los demás. Él quiere que nos alegremos cuando otros cambian para bien.
Jesús murió para que todos pudiéramos ir al cielo, incluyéndote a ti, a mí y a todos lo que hacen cosas malas. No dejes que el egoísmo te carcoma por dentro como ese pequeño gusano se comió la planta bajo la cual se sentaba Jonás. Vive para Jesús y sé una fuente de amor para todos los que te rodean.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

USADA POR DIOS


Esta es tu confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. (1 Juan 5:14)

Al llegar como pastores a nuestra primera congregación le pregunté a Dios: «¿Qué quieres hacer de mí y cómo piensas usarme?». Me abrumaba pensar que necesitaba ser muy talentosa con el fin de poder servirle. Pero pronto aprendí que es Cristo quien reparte los dones. A través de una experiencia Dios me llenó de paz y me enseñó que lo más importante es actuar en forma natural, permitiendo que él nos utilice como un instrumento en sus manos.
En aquella iglesia me invitaron a predicar un sábado. Dudé si debía aceptar o no, pensando que no sería capaz de hacerlo. Recordé una frase de mi padre: «Predicar un sermón es algo sublime y santo que, sin el poder de Dios, no pasa de ser una simple charla». Entonces comencé a preparar un tema con alguna inquietud. Oré al Señor y él me ayudó. Me sentí bendecida por haber predicado aquel día.
Una semana después, se me acercó una dama y me dijo: «Hermana, yo he asistido a esta iglesia durante años y he escuchado muchos sermones. Sin embargo, no le había entregado mi vida a Cristo. Quiero que sepa que el mensaje que usted presentó me llegó al corazón. Era lo que yo necesitaba escuchar y he decidido bautizarme».
La siguiente semana, mi esposo hizo un llamado a la conclusión de una ceremonia bautismal. Aquella hermana se puso en pie ¡y pidió ser bautizada en aquel mismo momento! Uno de los ancianos de la iglesia dio fe de su preparación y le tomó el voto bautismal. En pocos minutos ella descendió a las aguas.
¿Has pensado que quizá no eres útil para el servicio de Dios? Él te capacitará porque nos necesita a todas. «Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís» (Col. 3:23-24).
Pidámosle hoy a Dios que nos use. Es lo mejor que podemos hacer con el fin de crecer en la fe y el conocimiento del Señor.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Margarita Calixto Pertuz

¿QUÉ VENDE REALMENTE LA PUBLICIDAD? – 1.


El alimento sólido es para los adultos, para los que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, pues han ejercitado su facultad de percepción espiritual. Hebreos 5:14 NVI.

¿Podrías imaginar a un mundo sin anuncios comerciales? No es fácil, porque has crecido bajo el incesante bombardeo de la publicidad. Nadie duda de que la publicidad comercial informa. Nos advierte de un sinnúmero de productos y servicios que están a nuestra disposición. Pero no se invierte tanto dinero solo para informar. El fin supremo es vender: desde un desodorante hasta un candidato político. Esto, por supuesto, no es malo. El problema se presenta cuando nos intentan vender, más que un producto, un estilo de vida.
Robert DeMoss, que analizó con detenimiento el tema, opina que este último objetivo es perseguido por medio de lo que él llama «las cinco grandes mentiras de la publicidad» (Learn to discem, pp. 103,104):
  • Mentira n° 1: «Lo más importante en la vida es la posesión de bienes». Es decir, según lo que tienes, eso es lo que vales. Eso es materialismo, la filosofía del mundo que vende la idea de que nuestro valor como personas depende, no de lo que somos, sino de cuánto tenemos.
  • Mentira n" 2: «Vive el momento, es todo lo que tienes». Esto se llama existencialismo, la creencia de que no hay nada más allá del aquí y el ahora.
  • Mentira n" 3: «Lo más importante en la vida eres tú». Es verdad que eres importante y también maravilloso, por ser hijo de Dios, pero el mundo no gira en torno a ti. Los demás también cuentan.
  • Mentira n° 4: «La vida es una sola; por lo tanto, gózala». O sea, busquemos el placer solo por el placer. El problema con esta filosofía es que esta vida no es la única, y el placer no es lo más importante.
  • Mentirán" 5: «Dios no es importante». Esto es secularismo. Si Dios no cuenta, entonces la vida no tiene sentido, ni tampoco hay base para la esperanza.

¿Cómo puedes combatir estas mentiras? Al equipar tus sentidos para detectarlas, aun cuando vengan «empaquetadas» de la manera más atractiva. Y sobre todo, al no permitir que destronen a Dios del primer lugar en tu vida.
Padre bueno, capacítame para reconocer el mal y evitarlo, no importa cuan atractivo se me presente.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

SE ALEGRARÁ POR USTED


«El gozo de Jehová es vuestra fuerza» (Nehemías 8:10).

Cuando leemos la parábola de la oveja perdida, una de las sensaciones más atractivas que distinguimos es la profunda alegría que el pastor experimenta al encontrar a la oveja. Aquel hombre que había perdido una oveja ahora está lleno de gozo por una única razón: la ha encontrado. Mientras que antes era el objeto de su preocupación, ahora es el objeto de su alegría. «Cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso» (Luc. 15:5).
Si alguien le dice: «Pastor, pesada es la carga para ti...», alegre, responde: «Estoy contento de llevarla a hombros». Cuando encontró al hijo extraviado, la madre no dijo: «Es una carga dura de llevar». Al contrario, lo abrazó de todo corazón. No le importó si era o no pesada, para ella era una carga preciosa. Se sentía feliz de volverla a Cargar.
¿Recuerda el texto: «El cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, [...] se sentó a la diestra del trono de Dios»  (Heb. 12:2)? Cuando Cristo cargó con nuestros pecados, lo embargo una gran tristeza; pero, cuando vio que habíamos sido salvados de nuestra condición perdida, lo invadió un gozo aún mayor. Dijo para sí: «Los he cargado a hombros y ahora nadie puede hacerles daño y tampoco pueden alejarse de mí. Cargo con el castigo de su pecado para que ellos no tengan que cargar con él nunca más. Soy su sustituto. Cargo con la justa ira de mi Padre para que ellos no tengan que hacerlo jamás».
Estimado lector, salvarlo a usted fue para Jesús una gran alegría. Aunque estaba feliz con el Padre, disfrutando de la adoración de los ángeles, quiso tomar sobre sí nuestra naturaleza y sufrir en nuestro lugar para traernos de vuelta a la santidad y a Dios.
Ese día el pastor solo tenía una alegría: había encontrado su oveja. Así mismo, el peso del animal sobre sus hombros aligeró su corazón; porque sabía que el objeto de sus preocupaciones estaba a salvo de manera incuestionable. Usted también está a salvo en los brazos de Jesús. Basado en Lucas 15: 4-7

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill