«Llegaron hasta el arroyo de Escol, cortaron allí una rama que tenía un racimo de uvas, y entre dos se lo llevaron colgado de un palo. También recogieron granadas e higos» (Números 13:23).
Presta mucha atención al versículo de hoy. Estamos caminando con dos hombres que acaban de cortar un gran racimo de uvas y lo llevan colgado en un palo entre los dos. Al parecer las uvas eran muy grandes en ese lugar.
Todavía hoy podemos encontrar por el mundo frutas y vegetales bastante grandes. En el año 2001 el record de la calabaza más grande lo tenía una de '572 kg. Imagina cómo debe ser tratar de sacarle todas las semillas a esa calabaza. La manzana más grande que se conoce pesaba 1,4 kg. Otro tipo de calabaza que normalmente es más pequeña, alcanzó el asombroso peso de 482 kg. ¡Increíble!
Las frutas de la Tierra Prometida eran muy grandes, y aún hoy se cosechan frutas y vegetales gigantes en esa área, pero jamás podrán compararse con las cosas que Dios tiene preparadas para nosotros en el cielo. Lee lo que Pablo escribió en 1 Corintios 2:9 y dime si no es maravilloso. Hablando de cosas grandes, ¡esas sí serán grandes bendiciones!
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush