Pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos. 1 Samuel 14:6.
Siempre es fascinante ver la valentía. Y Jonatán, el hijo de Saúl, estaba lleno de fascinante valentía. Cuando dijo las palabras de nuestro versículo para hoy, todo lo que le quedaba del ejército de su padre eran seiscientos hombres en la fortaleza de Geba, situados sin peligro a través de un profundo desfiladero a unas pocas millas al norte de Jerusalén. Saúl no podía conseguir que sus hombres avanzaran contra el gran ejército filisteo, pero Jonatán y su paje de armas dejaron secretamente la fortaleza, y bajaron al valle profundo hacia el enemigo.
“Nos dejaremos ver por los filisteos. Si nos llaman y nos dicen que esperemos por ellos aquí en el valle, nos quedaremos en nuestro suelo; pero, si quieren que vayamos a ellos, entonces sabremos que es una señal del Señor de que él peleará por nosotros”.
Se quedaron en la profundidad de las sombras de las grandes rocas hasta que estuvieron justo bajo el peñasco de la fortaleza de los filisteos, y luego salieron a la luz. Como era de esperar, fueron vistos. “Bien, bien”, rieron los filisteos, “si son los hebreos que salen de abajo de las rocas donde estaban escondidos”. Luego, ahuecando sus manos hacia sus bocas, dijeron: “Suban a nosotros y les mostraremos algo”.
“¡Eso es! ¡Esa es la señal!”, dijo Jonatán. “¡Vamos!”
Su paje de armas asintió con la cabeza, y juntos se deslizaron fuera de la vista del enemigo. Eligiendo un camino secreto y difícil, que era considerado demasiado duro para escalar, los dos, sigilosamente, se abrieron camino por el peñasco hacia la fortaleza de los filisteos.
Imagina la sorpresa del enemigo cuando los dos israelitas, de pronto, aparecieron justo ante sus ojos. Aún más sorpresivos fueron los soldados angelicales invisibles que estaban con ellos. Dios envió sus propios efectos de sonido, y la tierra tembló con el sonido de carros que andaban y hombres de a caballo. El enemigo se asustó tanto y fue tal su confusión ¡que comenzaron a matarse el uno al otro!
Aquel día se logró una gran victoria porque dos hombres estuvieron dispuestos a arriesgar todo ante la mínima evidencia de la promesa de Dios.
Hoy, Dios está todavía igual de dispuesto a liberarnos de nuestras tentaciones y problemas.
Cada vez que las personas que se ríen de nosotros, que se burlan de nosotros o que intentan mofarse de nosotros deshonrando a Dios nos superen en cantidad, deberíamos recordar aquellas palabras estimulantes de Jonatán. Dios enviará ángeles para ayudarnos, como lo hizo entonces.
Tomado de devoción matutina para menores 2016
¡GENIAL! Dios tiene un plan para ti
Por: Jan S. Doward
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