«¿Puedes pescar al Leviatan con un anzuelo, o atarle la lengua con una cuerda?» (Job 41:1, NVI).
¿Estás listo, cazador de animales? Hoy vamos a caminar por la orilla del pantano. ¿Qué es eso? Si nos acercamos un poco nos daremos cuenta de que es ¡un cocodrilo! Parece ser que lo que Job conocía como leviatán en sus tiempos es lo que se conoce hoy en día como cocodrilo.
¡Qué animal tan asombroso es el cocodrilo! Los cocodrilos pueden alcanzar hasta 6 metros de largo y pesar hasta 700 kilogramos. También son rápidos. En distancias cortas pueden correr tan rápido como un caballo, aunque normalmente no corren para cazar su alimento, sino que nadan. Si alguna vez has visto a un cocodrilo en persona o por la televisión, habrás notado cómo flotan en el agua dejando fuera de ella solo sus ojos. De esta manera pueden ver lo que entra al lago desde la tierra mientras que su cuerpo está sumergido completamente.
De cierta manera nosotros somos como el cocodrilo. A veces estamos sumergidos en los problemas pero mediante los ojos de la fe podemos mirar por encima de ellos y saber que Dios cuidará de nosotros. Así que usa hoy tus «ojos de la fe» y emerge de tus problemas.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush