«Esa noche comerán la carne asada al fuego, con hierbas amargas y pan sin levadura» (Éxodo 12:8).
Estamos acercándonos al campamento israelita la noche anterior a su salida hacia el desierto. Esta noche el pueblo va a preparar una comida especial. El menú está en nuestro versículo de hoy. Una de las cosas que van a comer son hierbas amargas.
A veces se usan ciertas hierbas para cocinar. Es posible que tu mamá tenga perejil u orégano en su despensa, pues esas hierbas se usan para hacer que algunos alimentos sepan mejor
Las hierbas que los israelitas comieron esa noche eran amargas. ¿Por qué alguien querría comer algo que sepa amargo? ¿No podía Dios pedirles que comieran algo dulce? No, porque él quería que no olvidaran los terribles momentos que habían pasado en Egipto.
A veces es necesario hacer cosas que no nos gustan. Lavar los platos puede no ser muy agradable, pero cuando necesitamos un plato para comen lo hacemos. A veces es difícil decir lo siento cuando hemos cometido un error; pero lo cierto es que eso hace que los demás se sientan mejor Recuerda: sí decides hacer las cosas «amargas» con una buena actitud, todo será mejor para ti.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush