martes, 16 de febrero de 2010

EL SENTIDO DE LA PRESENCIA DE DIOS

Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios ¡porque se volverán a mí de todo su corazón (Jeremías 24:7).

Hace varios años debí estar fuera de mi hogar por un tiempo prolongado. Mi esposo estaba en nuestra casa y yo en una ciudad distante. No teníamos el dinero suficiente como para viajar en avión o en autobús, así que nos llamábamos por teléfono todos los días. Fueron días muy difíciles.
Una noche, mi esposo me llamó para contarme que estaba pasando por una situación terrible. Me sentía abrumada, quería estar a su lado, pero ¿cómo lograrlo? No tenía tiempo para ayudarlo, ni tampoco dinero para viajar.
No comí en todo el día, y oré toda la noche. A la mañana siguiente, entendí que Dios me estaba diciendo que debía estar con mi esposo, así que compré un boleto y abordé el avión.
De pronto comencé a tener un gran sentimiento de soledad. En general, me gusta viajar sola, pero esta vez extrañaba la presencia de mi Dios, y tenía temor. El día anterior había pasado mucho tiempo en oración, y no podía viajar sin la presencia de Dios en mi corazón. Oré incesantemente al Señor. Examiné mi mente, pidiéndole que me hiciera recordar los pecados que no había confesado.
Luego, miré a través de la ventana del avión y vi el arco iris; no era un arco iris común, sino uno horizontal de hermosos colores, ¡y parecía que perseguía .al avión! No lo podía creer. Volví a mirar fijamente. Pensé que se trataba de un reflejo del avión, pero no era así. Duró un largo tiempo, luego desapareció.
En ese momento sentí la presencia de Dios, y su presencia continuó conmigo. No estaba sola. Había Alguien a mi lado; podía contarle mis preocupaciones y darle gracias por sus regalos. Me sentía segura.
Esta experiencia me enseñó a reclamar el sentido de la presencia de Dios. Dios desea estar a nuestro lado, pero debemos pedírselo. Reclamemos su presencia. Recibiremos la recompensa.

Iani Días Lauer-Leite
Tomado de Meditaciones Matinales para la mujer
Mi Refugio
Autora: Ardis Dick Stenbkken

CON FUERZAS RENOVADAS

Jehová es mi pastor; nada me faltará. Salmo 23:1.

Si alguna vez alguien te quiere «leer la mano» para informarte acerca de tu futuro, dile que en tu mano está esculpido el Salmo 23. Conocido como el Salmo del Pastor, o del Buen Pastor, es sin duda uno de los más apreciados, si no el que más, por todos los cristianos. El autor presenta cuatro importantes verdades para vivir sin temor en medio del gran conflicto:
Dios ofrece darnos «nuevas fuerzas» (vers. 3) mientras caminamos por este mundo. Diariamente hay muchas influencias que nos inquietan, angustian, preocupan y quitan el sueño. Tener el alma llena de «nuevas fuerzas» en un escenario de tantos riesgos es sin duda un milagro.
En la jornada hacia nuestro destino tendremos «valles tenebrosos» (vers. 4), circunstancias aterradoras y sufriremos a causa de los «enemigos» (vers. 5).
El destino en la casa del Padre no será el de una visita turística o unas vacaciones especiales, sino que será «para siempre» (vers. 6). El apóstol Pablo dice que «estaremos con el Señor para siempre» (1 Tesalonicenses 4: 17).
Nuestro destino, al final de nuestra jornada, está «en la casa del Señor» (vers. 6). Esta verdad fue confirmada por Jesucristo mismo, quien dijo a sus discípulos: «En la casa de mi Padre muchas moradas hay» (Juan 14: 2, RV95).
El Salmo 23, como ves, presenta muchas promesas. La mayor de todas me parece que es la de darte nuevas fuerzas, físicas y espirituales. Porque la realidad es que aunque tu destino está asegurado; caminar cada día te enfrenta a muchos problemas y situaciones que son un verdadero callejón sin salida.
A pesar de todo Dios «confortará» tu alma (vers. 3, RV95) si te dejas conducir a los «verdes pastos» (vers. 2). Ya te imaginas qué significa lo de pastos verdes, ¿no es cierto? Significa alimento, el alimento del alma que nos proporciona el estudio de la Biblia. Además, Dios cumplirá su promesa si te dejas conducir a las «tranquilas aguas». También te imaginas lo que esto significa. Tiempo para la reflexión, para la devoción personal. Hoy puedes ir a cumplir tus deberes confiado en las seguras promesas del Salmo más conocido y repetido, el Salmo 23.
Dios «trata constantemente de atraer [a los jóvenes] a sí, el Manantial de toda sabiduría, la Fuente de bondad, pureza y verdad. La mente que se ocupa en asuntos elevados, se ennoblece». MJ 64

Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna

SOLO POR FE

En él, mediante la fe, disfrutamos de libertad y confianza para acercamos a Dios (Efesios 3: 12).

Una vez analizados los fundamentos sobre los que descansa el evangelio, está listo para analizar los componentes básicos del mensaje de la justificación por la fe, que, como se ha dicho muchas veces, es la esencia del evangelio. El primer componente que se destaca en este mensaje es que la justificación es por la fe. Hicimos referencia a esto anteriormente. Ahora lo vamos a considerar con más detenimiento.
Parece de Perogrullo que sea la fe la condición esencial de la justificación. Pero, por lo que implica, merece nuestra consideración. La justificación que necesitamos, que no tenemos, que no podernos conseguir por nuestro esfuerzo y que solo puede venir de Dios, la podemos obtener de él solo por la fe.
Pero obligadamente tenemos que preguntarnos: ¿Qué es fe? ¿Qué significa tener fe? ¿Cómo podemos tenerla? Primero analicemos qué es la fe. La consulta de un diccionario nos diría que fe es, entre otras cosas, confianza, seguridad. El término implica dependencia. Así que diríamos que la justificación la obtenemos por confianza, por dependencia. Que la justificación sea por la fe está claramente enseñado en la Biblia, especialmente en los escritos del apóstol Pablo. Pero en estos hallamos tres variantes interesantes, que nos ayudarán a comprender qué significa la fe.
En primer lugar, tenemos una serie de declaraciones que no tienen especificación alguna. Por ejemplo: «A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen» (Rom. 1: 16). No se dice cuál es el contenido de su creencia. Más adelante se nos dice: «De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: El justo vivirá por la fe» (vers. 17). Una más: «Porque sostenemos que todos somos justificados por la fe» (Rom. 3: 28). No se dan indicaciones concretas de cuál es el significado de la fe. Sin embargo, aunque no lo aclaren, son declaraciones valiosas, como leerá más adelante.

Tomado de Meditaciones Matinales para Adultos
“El Manto de su Justicia”
Autor: L Eloy Wade C