El Señor ha escuchado mis ruegos; el Señor ha tomado en cuenta mí oración (Salmo 6: 9).
Mi mamá es una mujer muy cristiana que educó a todos sus hijos en el temor a Dios. En la familia todos somos cristianos. Sin embargo, hemos pasado por pérdidas dolorosas como la muerte de mi hermana Mireya y la de mi papá. Ambas fueron muy inesperadas pues ninguno padecía alguna enfermedad. Fueron decesos tan sorpresivos que todavía hoy nos causan dolor y tristeza. Cuando voy a visitar a mamá a Río Grande, Zacatecas, le recuerdo que ella es una mujer bienaventurada porque sus tres hijos, así como sus respectivos cónyuges e hijos, aman al Señor y cada sábado, ya sea en California, en Monterrey o en Matehuala, estamos reunidos para alabar a Dios. Mi madre sonríe. Ella es una mujer fuerte. Pero hace algunos días le tocó experimentar y pasar por dolor al perder a su hermana mayor, la tía Rosita, y a los pocos días se enteró de que ella tenía un tumor. Estábamos en casa de mis primos, guardábamos todas las pertenencias de mi tía Rosita para ser donadas, cuando mi mamá le dijo a mi primo, quien es médico, que le diera algo para el dolor que tenía en el pie. Mi primo examinó el pie, y luego levantó los ojos de asombro y me miró desconcertado. Luego hizo algunos comentarios a otra de mis tías que es enfermera. Entonces, mi primo regresó con un libro de medicina y le dijo a mi mamá: «Tía, usted no necesita una pastilla, usted necesita una operación para que le quiten esto». Oramos mucho por ella. Informé a mi iglesia y los hermanos oraron. Mis tías y hermanos también oraron mucho para que ese tumor fuera benigno. Lo comenté con algunas amistades y les pedí que oraran por mi mamá. Pasaron dos semanas después de la operación y la doctora le comunicó a mi mamá que el tumor era benigno. Agradecimos mucho a Dios por sanarla y darle la oportunidad de caminar y guiar sus pasos hasta donde esté la persona que necesita saber de Jesús, ya que ella es muy misionera. Gracias querido Dios por escucharnos y restaurar la salud de mi madre.
Mi mamá es una mujer muy cristiana que educó a todos sus hijos en el temor a Dios. En la familia todos somos cristianos. Sin embargo, hemos pasado por pérdidas dolorosas como la muerte de mi hermana Mireya y la de mi papá. Ambas fueron muy inesperadas pues ninguno padecía alguna enfermedad. Fueron decesos tan sorpresivos que todavía hoy nos causan dolor y tristeza. Cuando voy a visitar a mamá a Río Grande, Zacatecas, le recuerdo que ella es una mujer bienaventurada porque sus tres hijos, así como sus respectivos cónyuges e hijos, aman al Señor y cada sábado, ya sea en California, en Monterrey o en Matehuala, estamos reunidos para alabar a Dios. Mi madre sonríe. Ella es una mujer fuerte. Pero hace algunos días le tocó experimentar y pasar por dolor al perder a su hermana mayor, la tía Rosita, y a los pocos días se enteró de que ella tenía un tumor. Estábamos en casa de mis primos, guardábamos todas las pertenencias de mi tía Rosita para ser donadas, cuando mi mamá le dijo a mi primo, quien es médico, que le diera algo para el dolor que tenía en el pie. Mi primo examinó el pie, y luego levantó los ojos de asombro y me miró desconcertado. Luego hizo algunos comentarios a otra de mis tías que es enfermera. Entonces, mi primo regresó con un libro de medicina y le dijo a mi mamá: «Tía, usted no necesita una pastilla, usted necesita una operación para que le quiten esto». Oramos mucho por ella. Informé a mi iglesia y los hermanos oraron. Mis tías y hermanos también oraron mucho para que ese tumor fuera benigno. Lo comenté con algunas amistades y les pedí que oraran por mi mamá. Pasaron dos semanas después de la operación y la doctora le comunicó a mi mamá que el tumor era benigno. Agradecimos mucho a Dios por sanarla y darle la oportunidad de caminar y guiar sus pasos hasta donde esté la persona que necesita saber de Jesús, ya que ella es muy misionera. Gracias querido Dios por escucharnos y restaurar la salud de mi madre.
Dina Núñez de León
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor