«Se escucha en los precipicios el eco atronador de tus cascadas; los torrentes de agua que tú mandas han pasado sobre mí» (Salmo 42:7).
¡Ánimo! Ya casi hemos llegado. ¿Oyes ese ruido? Asómate ahora desde el borde. ¡Esta sí que es una gran altura! Para ser exactos, son 979 metros de alto. ¡Y qué ruido! ¿Sabes dónde estamos? Estamos en la cima del Salto del Ángel, en Venezuela. El Salto del Ángel es la catarata más alta del mundo.
Tal vez te preguntarás por qué se llama Salto del Ángel. Quizá me digas que porque se ve celestial o porque es tan alta que los ángeles están en su cima, pero no es por eso. Se llama así porque un explorador estadounidense de nombre Jimmy Ángel la descubrió hace muchos años cuando su avión se estrelló cerca de allí. ¡Qué maravilloso descubrimiento! Y todo gracias a que Jimmy estrelló su avión.
A veces los mejores descubrimientos en la vida hacemos cuando nos estrellamos. Pensamos que hemos fracasado porque todo nos ha salido mal, pero no es ahí cuando Dios quiere enseñarnos que debemos aprender a depender totalmente de él.
Así que la próxima vez que algo salga mal, da gracias a Dios porque está a punto de enseñarte algo importante. Tal vez hagas uno de los mayores descubrimientos de tu vida.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush