Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá (S. Mateo 7: 7).
Durante un evento de la iglesia, tuve la oportunidad de orar por una dama que no conocía. Le pregunté a la hermana si tenía alguna petición para ponerla en las manos de Dios. Ella me respondió: «Sí hermana, estoy muy preocupada por mis tres hijos que salieron a EUA de ilegales y no sé de ellos». Hacía un mes había salido uno de sus hijos, y una o dos semanas después salieron los otros dos. Ella se angustiaba más porque no andaban juntos y todavía no se habían comunicado. Esta pobre mujer sufría por sus hijos, pensaba en el peligro que andaban, por las noticias que llegan sobre la frontera. Entonces le dije: «Siento mucho lo que pasa, y lo único que puedo hacer es orar por usted y sus hijos. Usted no sabe dónde están exactamente, pero Dios sí lo sabe, y le vamos a pedir en este momento, que le diga dónde están para que esté tranquila. Él comprende su sufrimiento porque es nuestro Padre celestial; ya verá que sí lo hará». Las que somos madres podemos imaginar la profunda angustia por la que estaba pasando esta hermana. En ese momento oramos y le expusimos al Señor la situación. Al terminar la oración, la abracé y le dije: «Dios es su padre y la ama, y también ama a sus hijos. Él le dirá dónde están y le dará la tranquilidad de que están bien». ¡Qué fácil es decir las palabras pero qué difícil el pasar por esa situación! Oré por la hermana y sus hijos. Cuatro días después encontré a esta dama en un centro comercial y me apresuré para preguntarle por sus hijos; pero antes de preguntarle, observé su rostro y no había tristeza. Ella contestó: «Ya llegaron: uno llegó el domingo, los otros dos el lunes». No cabe duda que Dios nos da más de lo que le pedimos. No solo le dijo dónde estaban, sino que se los trajo. Gracias Señor, porque eres un Padre amante, bondadoso y comprensivo, que estás al pendiente de nuestras necesidades. Te gozas con nuestras alegrías y te entristeces con nuestras tristezas. ¡Qué dicha tan grande nos das de pertenecer a tu hermosa familia! Amen.
Durante un evento de la iglesia, tuve la oportunidad de orar por una dama que no conocía. Le pregunté a la hermana si tenía alguna petición para ponerla en las manos de Dios. Ella me respondió: «Sí hermana, estoy muy preocupada por mis tres hijos que salieron a EUA de ilegales y no sé de ellos». Hacía un mes había salido uno de sus hijos, y una o dos semanas después salieron los otros dos. Ella se angustiaba más porque no andaban juntos y todavía no se habían comunicado. Esta pobre mujer sufría por sus hijos, pensaba en el peligro que andaban, por las noticias que llegan sobre la frontera. Entonces le dije: «Siento mucho lo que pasa, y lo único que puedo hacer es orar por usted y sus hijos. Usted no sabe dónde están exactamente, pero Dios sí lo sabe, y le vamos a pedir en este momento, que le diga dónde están para que esté tranquila. Él comprende su sufrimiento porque es nuestro Padre celestial; ya verá que sí lo hará». Las que somos madres podemos imaginar la profunda angustia por la que estaba pasando esta hermana. En ese momento oramos y le expusimos al Señor la situación. Al terminar la oración, la abracé y le dije: «Dios es su padre y la ama, y también ama a sus hijos. Él le dirá dónde están y le dará la tranquilidad de que están bien». ¡Qué fácil es decir las palabras pero qué difícil el pasar por esa situación! Oré por la hermana y sus hijos. Cuatro días después encontré a esta dama en un centro comercial y me apresuré para preguntarle por sus hijos; pero antes de preguntarle, observé su rostro y no había tristeza. Ella contestó: «Ya llegaron: uno llegó el domingo, los otros dos el lunes». No cabe duda que Dios nos da más de lo que le pedimos. No solo le dijo dónde estaban, sino que se los trajo. Gracias Señor, porque eres un Padre amante, bondadoso y comprensivo, que estás al pendiente de nuestras necesidades. Te gozas con nuestras alegrías y te entristeces con nuestras tristezas. ¡Qué dicha tan grande nos das de pertenecer a tu hermosa familia! Amen.
Gloria de Torres
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor.
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor.