viernes, 15 de febrero de 2013

JE VOUS AIME


Lugar: Francia
Palabra de Dios: 1 Tesalonicenses 3:12.

En 1875, Magdalena de Villalore recibió la carta de amor más larga de la que haya registro. Provenía de un pintor llamado Marcel de Leclure, y decía simplemente "Je vous aime (Te amo)".
"Je vous aime. Je vous aime. Je vous aime..." Marcel repitió la frase 1.875.000 veces en la carta, 1.000 veces el año 1875.
En realidad, un escriba contratado por Marcel fue quien escribió la carta.
-Repita después de mí, y luego escriba las palabras que yo digo -le dijo al escriba.
Se sentaron frente a una mesa, y se pusieron a trabajar.
-Je vous aime -dictó Marcel.
-Je vous aime -repitió el escriba.
Y luego, con trazos cuidadosos escribió las palabras sobre el papel.
-Je vous aime -dictó Marcel nuevamente.
-Je vous aime -dijo el escriba, y escribió nuevamente las palabras.
Esto continuó por horas y horas. Marcel podría haberle dicho al escriba: "Escriba Je uous aime 1.875.000 veces". Pero, en lugar de ello, dictó toda la carta palabra por palabra. El escriba repitió fielmente la frase una y otra vez, antes de escribirla. Y, para cuando terminaron, habían pronunciado y escrito la frase "Je uous aime" 5.625.000 veces. Marcel amaba tanto a Magdalena que quería expresarle su amor una y otra vez.
Pero, el amor no es solamente para las parejas románticas. Es algo que Dios quiere que hagamos todos los días: que amemos a los demás como él nos ama. ¿Qué en cuanto a ti? ¿Cómo les haces saber a los demás que los amas? Como el apóstol Pablo escribió: "Que el Señor los haga crecer para que se amen más y más unos a otros, y a todos"

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

EL DESIERTO TAMBIÉN SE CUBRE DE FLORES


Aguas brotarán en el desierto, y torrentes en el sequedal. La arena ardiente se convertirá en estanque, la tierra sedienta en manantiales burbujeantes. Isaías 35:6-7.

Cuando el dolor hace presa del corazón de una mujer, resulta tan intenso que parece, que en cada suspiro se va la vida. Ese dolor es todavía más agudo cuando toca nuestra esencia: la maternidad.
Hace algún tiempo estuve al lado de una mujer que creía que su manantial estaba seco. Uno de sus más grandes anhelos era llegar a ser madre; sin embargo, después de intentarlo durante varios años y de buscar ayuda médica, su anhelo se rompió en mil pedazos. La sentencia cayó sobre su corazón y su vientre: «Usted nunca podrá gestar un bebé».
Poco a poco su vida se transformó en un desierto. No había risas, ni sueños, ni esperanza. El dolor parecía arrasar con todo lo bueno que la vida le ofrecía. Cada mañana al despertar ponía la mano en su vientre y le pedía a Dios, gritando de dolor, que lo hiciera florecer. El gemido de su maternidad frustrada llegó a oídos de Dios. La promesa del Señor se hizo realidad: «Se alegrarán el desierto y el sequedal; se regocijará el desierto y florecerá como el azafrán. Florecerá y se regocijará: ¡Gritará de alegría! Se le dará la gloria del Líbano, y el esplendor del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios» (Isa. 35:1-2).
Una jovencita que se había quedado embarazada fruto de una violación, puso en brazos de la frustrada madre a su esperado bebé. ¡Aquel fue un instante mágico! Dos mujeres quedaron unidas por el amor, lo cual hizo posible que para ambas floreciera el desierto. Las promesas del Señor las alcanzaron en medio de su dolor, transformando el llanto en carcajadas de gozo. ¡Maravilloso Señor!
¿Cuál es tu realidad? Tal vez caminas en medio de la soledad del desierto. Si es así, recuerda que Dios está dispuesto a derramar su lluvia de bendiciones hasta que te conviertas en un manantial de vida.
Si alguna mujer cerca de ti está siendo refinada en el crisol de la prueba, transfórmate en la mano ayudadora de Dios, «quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren» (2 Cor. 1:4).

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

EL LABORATORIO DEL AMOR


De la abundancia del corazón habla la boca. El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal (Mateo 12:34,35).

Cerca del campus de la Universidad de Washington se encuentra «El laboratorio del amor». Su nombre oficial es Laboratorio de Investigación sobre la Familia; si quieres saber más, busca The Lave Lab en www.gottman.com. Es un centro de alta tecnología que John Gottman fundó en la década de 1980 para investigar las relaciones entre parejas. John ha entrevistado a más de tres mil parejas y ha logrado predecir con un noventa y cinco por ciento de precisión si una pareja seguirá casada quince años después del matrimonio.
Cuando me enteré de la existencia del laboratorio, inmediatamente quise saber cuáles eran las conclusiones a las que había llegado. Estoy convencido de que una persona puede tener mucho éxito en diversos aspectos de su vida, pero si no tiene un matrimonio feliz, todo lo demás carece de significado. ¿Cuál es, entonces, la clave de un matrimonio duradero?
Se analiza a las parejas en un salón donde se sientan a menos de dos metros de distancia uno del otro, en dos sillas de oficina sobre plataformas. Ambos tienen electrodos y sensores en los dedos y en las orejas para detectar su ritmo cardiaco, cuánto sudan y la temperatura de su piel. Debajo de las sillas, un sensor de movimiento detecta cuánto se mueve cada uno. Además, una cámara apunta a cada miembro de la pareja. Se les pide que discutan cualquier asunto que se haya convertido en un motivo de discordia en su matrimonio. Se les deja completamente a solas y se graba cuidadosamente cada palabra, expresión, movimiento y reacción de su cuerpo durante quince minutos.
Después, cada segundo de la sesión es analizado con cuidado y se le asigna una emoción. Existen veinte categorías. Por ejemplo, repugnancia es 1, desprecio es 2, ira es 7, tristeza es 12, etcétera. Esos números encierran una información muy valiosa que, con la interpretación apropiada, puede predecir si una pareja permanecerá unida quince años después de haber contraído matrimonio.
¿Verdad que es interesante? Lo que el laboratorio analiza finalmente son palabras, así como las motivaciones y los efectos que conllevan. Las palabras son un instrumento muy poderoso. Pueden ser tan cortantes como una espada de dos filos o tan refrescantes como un bálsamo. Además, las palabras revelan lo que hay en nuestro corazón. Creo que si estás pensando en casarte, es muy importante que desde ahora aprendas la ciencia de la cortesía y el buen trato hacia los demás, especialmente hacia el sexo opuesto.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

UNIDOS CON NUESTRO HACEDOR


El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. 1 Juan 2:6.

Si queremos heredar la vida eterna, tenemos que realizar una gran obra. Debemos negar la impiedad y las concupiscencias mundanas, y vivir una vida de justicia. Muchos enseñan que lo único necesario para la salvación es creer en Jesús. Pero, ¿qué dice la Palabra de verdad? "La fe sin obras está muerta" (Sant. 2:26). Hemos de pelear "la buena batalla de la fe", echar "mano de la vida eterna", tomar la cruz, negarnos a nosotros mismos, luchar contra la carne y seguir diariamente en las pisadas del Redentor. No hay salvación para nosotros fuera de Jesús, porque mediante la fe en él recibimos poder para ser hijos e hijas de Dios. Pero no se trata de una fe pasajera, sino que es una fe que hace las obras de Cristo...
La fe viva se manifiesta mostrando un espíritu de sacrificio y devoción hacia la causa de Dios. Los que la poseen están bajo el estandarte del Príncipe Emanuel, y luchan exitosamente contra los poderes de las tinieblas...
La fe genuina en Cristo conduce a la negación del yo, pero por elevada que sea la profesión, si el yo es exaltado y consentido, la fe de Jesús no está en el corazón. Los verdaderos cristianos manifiestan mediante una vida de consagración diaria que han sido comprados con precio y que no son suyos...
Quienquiera que tome la posición de que no significa nada si guardamos o no los mandamientos de Dios, no conoce a Cristo. Es un error fatal pensar que no hay nada que usted debe hacer para obtener la salvación. Usted ha de cooperar con los seres celestiales...
Los que están relacionados con Jesús están en unión con el Hacedor y Sustentador de todas las cosas. Tienen un poder que el mundo no puede darles ni quitarles. Pero aunque se les dan privilegios grandes y señalados, no deben únicamente gozarse en esas bendiciones. Como mayordomos de la multiforme gracia de Dios, deben convertirse en bendiciones para otros... Somos guardas de nuestro hermano. Cristo "se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras" (Tito 2:14). Y esa fe que cumple este celo en nosotros es la única fe genuina. Si la rama está conectada a la Vid verdadera, su unión se hace manifiesta por el fruto que aparece, porque "por los frutos los conoceréis" (Mat. 7:16).— Review and Herald, 6 de marzo de 1888; parcialmente en A fin de conocerle, pp. 117, 127, 318.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White