Lugar: Colorado, EE.UU.
Palabra de Dios: Proverbios 22:2
A muchas personas ni siquiera les gusta ir a las zonas más pobres de las grandes ciudades, porque las asocian con crímenes, drogas y pobreza. Pero, dos médicos se aventuraron a hacer no solo una visita ocasional, sino también a establecer una clínica. Han trabajado allí durante muchos años, marcando una diferencia en la vida de los residentes.
Los dos médicos querían ayudar a la gente que no podía pagar por el cuidado de su salud, así que decidieron que cada uno donaría veinte horas de trabajo a la clínica; y trabajarían veinte horas en sus consultorios privados. Los pacientes comenzaron a ir a consultarlos. Pronto, familias enteras iban a la clínica. Y ellos contaban a todos que los médicos eran respetuosos y los atendían bien.
A lo largo de los años, la clínica creció. Miles de pacientes asisten a ella cada año; y muchos profesionales voluntarios también donan su tiempo y sus habilidades.
Los médicos se han dado cuenta de algo importante. Aunque trabajar en la clínica, en la zona más pobre de la ciudad, es muy diferente de trabajar en zonas de gente con más dinero, los pacientes parecen tener necesidades similares; después de todo, las personas son personas. Y la Biblia dice: "El rico y él pobre tienen esto en común: a ambos los ha creado el Señor".
¿No es bueno cómo estos dos médicos han estado usando su conocimiento y sus habilidades para ayudar a otros? Están proveyendo de un ministerio maravilloso tanto a los ricos como a los pobres. La pregunta es: ¿cómo podemos involucrarnos nosotros en ayudar a otros? ¿Dónde podemos dar de nuestro tiempo y habilidades? ¿Estamos dispuestos a ayudar a los que no están tan bien como nosotros? ¿Darás buen uso a tus talentos?
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson