lunes, 25 de marzo de 2013

ÁRBOL VENENOSO


Lugar: India
Palabra de Dios: Génesis 2:16,17

Si viajas a India, mantente lejos del árbol Cerbero odollam que se encuentra en los pantanos y los arroyos de la costa sur del país. Este árbol es causante de alrededor del cincuenta por ciento de todos los casos de envenenamiento por plantas, y del diez por ciento del total de casos de envenenamiento en el estado sudoeste de Kerala.
El árbol odollam mide cerca de quince metros de alto. Tiene hojas verde oscuro y grandes flores blancas, que exhalan una fragancia dulce y delicada. Cuando el fruto está verde, se parece a un mango pequeño, y a veces tienta a los niños a comerlo. Pero, no permitas que el aroma de las flores o la apariencia de la fruta te engañen: el árbol contiene un veneno llamado cerberin, que detiene el corazón, matando a la persona en tres o seis horas.
Ahora que sabes cuan peligroso es el árbol, probablemente quieres mantenerte alejado de él. Y eso es lo que Adán y Eva debieron haber hecho cuando vivían en el Jardín del Edén. Puedes leer la historia en el libro de Génesis. Dios les dijo: "Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás".
Bueno, un día, mientras Eva caminaba por allí, se dio cuenta de que estaba al lado del árbol prohibido. Comió del fruto, y dio también de él a Adán. Desobedecieron a Dios, y su pecado los condenó a la muerte eterna, junto con el resto de sus descendientes (incluyéndonos a ti y a mí).
Pero, Dios no quería que nadie muriera. En lugar de ello, Jesús -Dios Hijo- vino a nuestro mundo a morir en lugar de nosotros. Gracias a su sacrificio, podemos vivir para siempre con él. No envenenes tu vida con cosas de este mundo, sino acepta a Jesús en tu corazón. La elección es tuya.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

ÉL ES QUIEN TE SACA DEL HOYO


Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias; él rescata tu vida del sepulcro y te cubre de amor y compasión; él colma de bienes tu vida y te rejuvenece como a las águilas. Salmo 103:3-5.

Se dice que uno de los hoyos más profundos causados en forma espontánea por la naturaleza se produjo en Guatemala debido a una filtración de aguas negras; se asegura que tenía decenas de metros de profundidad y que varias personas e incluso casas cayeron en él, y no volvieron a ver nunca más la luz del día.
Caer en un hoyo puede ser fatal; la Biblia hace alusión a la caída en otro, tipo de hoyo: el hoyo de la desesperanza, la desesperación, la angustia y el dolor. Quien se encuentra en cualquiera de estas situaciones piensa que todo está perdido e, intentando salir con sus propios recursos, a veces se hunde más en él. Con la ayuda de Dios, hemos de caminar bien alertas para no caer nunca en este hoyo.
Cuando una persona es presa de la desesperanza, la angustia y el dolor, tiene una sensación de pérdida irrecuperable, siente desprecio por su propia vida y, en la oscuridad total, se siente impotente y desolada, al borde del suicidio en algunas ocasiones. Esta sensación puede ser tan intensa que la persona solamente ve su propio dolor y no puede ver la mano de Dios extendida hacia ella, dispuesto a rescatarla. Sin duda ha llegado ahí por el peso de sus culpas, errores y falta de fe en Dios, por lo que desconfía de sí misma.
Dios se ofrece voluntariamente para sacarnos del hoyo, aun del más profundo. En su Palabra leemos: «Él rescata tu vida del sepulcro y te cubre de amor y compasión» (Sal. 103:4). ¿Habrá hoyo más profundo que el sepulcro?
Sacarnos del hoyo, del sepulcro, incluye el perdón de los pecados y la restauración total de las capacidades que creíamos perdidas. Además de que somos abrigados con un manto de amor y de compasión.
Amiga, ¿sientes que en el momento que estás viviendo, moras en un hoyo oscuro y cenagoso y que no tienes ni encuentras la forma de salir de él? Recuerda, la promesa del Señor para ti es: «A pesar de todo, no habrá más penumbra para el que estuvo .angustiado» (Isa. 9:1).
Aférrate a esta magnífica promesa y pronto podrás nuevamente ver la luz de la esperanza. Recuerda que no estás sola, él está contigo.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

MOTÍN EN EL SOMERS


La necedad es parte del corazón juvenil, pero la vara de la disciplina la corrige (Proverbios 22: 15).

En 1847, la armada de los Estados Unidos tenía un buque escuela llamado USS Somers. En ese año, bajo el mando del capitán Alexander Mackenzie, el Somers zarpó hacia África en un viaje de estudios con un buen número de cadetes abordo. Al principio del viaje todo transcurría en medio de la agradable rutina de un buque escuela. Pero pronto comenzaron a circular rumores de que se tramaba un motín.
No tardó en saberse que el cabecilla de la rebelión era el alférez Phillip Spencer, hijo del Secretario de Defensa de los Estados Unidos. Spencer y otros cadetes decidieron apoderarse del Somers y convertirlo en un buque pirata. El proyecto incluía la decisión de matar a cualquiera de los tripulantes que no se uniera al complot.
Una revisión del camarote de Phillip Spencer produjo un alud de pruebas acusadoras. Había una lista escrita en griego de los cadetes que serían eliminados. También hallaron un dibujo del Somers con una bandera pirata.
Un consejo de guerra declaró culpable a Phillip Spencer. Luego, tres días después, en una ceremonia tristísima, la tripulación colgó de los aparejos de la nave al hijo del Secretario de Defensa del país. Fue el único intento de motín que se registró en la historia de la armada estadounidense.
Una tragedia sin sentido. El hijo de un político tan importante de su nación, acusado de emprender un ataque contra la misma. Fue una tragedia, pero también una necedad.
¿Qué se proponían aquellos jóvenes? No lo sabemos, por supuesto. Tenían todo lo que la vida puede dar a un joven. Phillip Spencer lo tenía «todo». Nada le faltaba. Una de sus mayores posesiones, creo yo, era la elevada posición política de su padre, cuyos honores lo alcanzaban a él.
Ninguna de las buenas cosas que se pueden poseer en este mundo le faltaba, pero sí una de las mayores posesiones que se necesitan para vivir bien en este mundo: sabiduría, juicio y humildad. Quizá, acostumbrado a divertirse, creyó que un motín sería divertido.
No confíes demasiado en tus privilegios. Los logros de tus padres no serán suficientes cuando tengas que demostrar por ti mismo tu capacidad. Tampoco te eximirán de pagar tus errores. Acuérdate de Phillip Spencer. No olvides lo que Dios dice en su palabra: «Hijo mío, si los pecadores quieren engañarte, no vayas con ellos. [...] ¡Apártate de sus senderos!» (Prov. 1:10,15).

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

DIOS Y MAMÓN


Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Mateo 6:24.

Satanás presenta las mismas tentaciones hoy que las que presentó a Adán y a Jesús, el segundo Adán, quien lo venció e hizo posible que nosotros venciéramos... Nuestros esfuerzos y el poder de Cristo nos harán vencedores...
Todo el cielo está contemplando con interés para ver qué uso estamos dando a los talentos que Dios nos ha confiado. Si hacemos tesoro en el cielo, usaremos los bienes del Señor para avanzar su causa, para salvar las almas y bendecir a la humanidad, y todo lo que usamos de esta manera, el Señor lo colocará en nuestra cuenta en el banco que nunca falla. Cuando el corazón ama a Dios supremamente, las propiedades no son un obstáculo para el avance en el conflicto cristiano, porque los seguidores consagrados de Jesús discernirán cuáles son las mejores inversiones, y emplearán su riqueza para bendecir a los hijos de Dios.
El empleo constante de las facultades para acumular riquezas sobre la tierra nos ata a la tierra. Nos hacemos esclavos de Mamón. Cuando aumentan las riquezas, el corazón idólatra se olvida de Dios y se torna seguro de sí mismo y satisfecho. Se descuidan los deberes religiosos. Se manifiesta impaciencia bajo la compostura, y nos tornamos autosuficientes... El mundo se entromete entre el alma y el cielo. Nuestros ojos son cegados por el "príncipe de este mundo", de manera que no podemos discernir o apreciar el valor de las cosas eternas...
No podrían operar motivos más fuertes, ni agencias más poderosas que el disfrute del cielo, las generosas recompensas por hacer el bien, la compañía de los ángeles, la comunión y el amor de Dios y su Hijo, la elevación y extensión de todas nuestras facultades por la eternidad; "cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman" (1 Cor. 2:9). ¿No son estos incentivos y estímulos extraordinarios para animarnos a rendir el servicio amante de nuestro corazón a nuestro Creador y Redentor?...
¿No tendremos en cuenta la gran misericordia de Dios? Coloquémonos en la relación adecuada con Aquel que nos ha amado con un amor maravilloso, y aprovechemos nosotros mismos el gran privilegio de convertirnos en instrumentos en sus manos, para cooperar con los ángeles ministradores y ser colaboradores con Dios y con Cristo.— Bible Echo (Australia), 15 de febrero de 1889.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White