«Prefiero pasar un día en tu templo que estar mil días lejos de él». Salmo 84: 10, TLA
Cuando Jesús fue llevado al templo por sus padres, no solo Simeón reconoció que él era el Salvador, también había allí una mujer llamada Ana.
Dice la Palabra de Dios que ella era una señora mayor, quizás como tu abuelita, pero a pesar de eso, ella iba a la iglesia todos los días. ¡Increíble! Quizás te estés preguntando: ¿Qué hacía Ana allí? Dice la Biblia que ella servía a Dios y les hablaba a las personas que estaban en el templo de la venida del niño Jesús.
¿y tú? ¿Cuántas veces a la semana vas a la iglesia? ¿Qué haces cuando estás allí? [Espere que el niño piense y responda]. Al igual que Ana, tú puedes servir a Dios al orar, cantar y expresar tu gratitud.
Este sábado puedes sonreírles a las personas en la iglesia, así pueden ver a Jesús a través de ti. No importa la edad que tengas, puedes disfrutar al asistir al templo y alegrar a otros.
Oración: Querido Jesús, ayúdame a ir a tu templo a servirte de corazón como Ana.
Pasito a pasito, Crezco y aprendo
¡Vive y crece sanamente!
Por: Kathy Hernández de Polanco
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