Entonces el ángel dijo: «María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios» (Lucas 1:30).
Aunque no rendimos culto a la virgen María, su vida no deja de ser un ejemplo para toda mujer actual. Siguiendo su trayectoria tal como se narra en la Biblia, encontramos a una muchacha común entre tantas jóvenes israelitas que vivían bajo el poderío romano. Sin embargo, era a los ojos de Dios una mujer especial; tanto, que el cielo la escogió como madre del Hijo de Dios.
Desde que recibió el mensaje del ángel, hubo muchas cosas que María no entendió a lo largo de su vida, pero la fe obró más allá de su razón. Cuando José tomó la decisión de abandonarla, María podría haberse quejado previendo cómo afectaría a su reputación, pero no lo hizo. Y los problemas no se terminaron allí. Cuando el emperador hizo público el edicto que los obligó a alejarse de su tierra, María tampoco se quejó. No sé cuál será tu experiencia, pero yo he tenido que viajar en condiciones incómodas durante varias horas y ojalá hubiera tenido la paciencia de esta notable mujer. Dios sabía a quién había elegido.
Quisiera que hicieras un alto y volvieras a leer el texto de hoy, pero esta vez poniendo tu nombre en lugar del de María, personalizando así el mensaje «no temas, porque has hallado gracia delante de Dios». ¿Crees en las palabras del ángel?
No sé a qué te está llamado Dios, pero sin duda es a que ocupes un lugar especial. María estaba a punto de dar a luz y no tenía siquiera un lugar digno donde hacerlo. ¿No te parece suficiente motivo para desesperarse y dudar? Seguramente habrás pasado por momentos muy difíciles en los que pensaste que Dios no estaba contigo. Pero Jesús ha recogido cada lágrima, por lo tanto, camina con paso firme y ten confianza. Ante las dificultades de la vida, repite estas palabras anónimas:
«Cuando las cosas vayan mal como a veces pasa. Cuando el camino parezca cuesta arriba. Cuando tus recursos mengüen y tus deudas crezcan, y al querer sonreír, tal vez suspires. Cuando tus preocupaciones te tengan agobiada. Descansa si te urge, pero no te rindas».
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
Aunque no rendimos culto a la virgen María, su vida no deja de ser un ejemplo para toda mujer actual. Siguiendo su trayectoria tal como se narra en la Biblia, encontramos a una muchacha común entre tantas jóvenes israelitas que vivían bajo el poderío romano. Sin embargo, era a los ojos de Dios una mujer especial; tanto, que el cielo la escogió como madre del Hijo de Dios.
Desde que recibió el mensaje del ángel, hubo muchas cosas que María no entendió a lo largo de su vida, pero la fe obró más allá de su razón. Cuando José tomó la decisión de abandonarla, María podría haberse quejado previendo cómo afectaría a su reputación, pero no lo hizo. Y los problemas no se terminaron allí. Cuando el emperador hizo público el edicto que los obligó a alejarse de su tierra, María tampoco se quejó. No sé cuál será tu experiencia, pero yo he tenido que viajar en condiciones incómodas durante varias horas y ojalá hubiera tenido la paciencia de esta notable mujer. Dios sabía a quién había elegido.
Quisiera que hicieras un alto y volvieras a leer el texto de hoy, pero esta vez poniendo tu nombre en lugar del de María, personalizando así el mensaje «no temas, porque has hallado gracia delante de Dios». ¿Crees en las palabras del ángel?
No sé a qué te está llamado Dios, pero sin duda es a que ocupes un lugar especial. María estaba a punto de dar a luz y no tenía siquiera un lugar digno donde hacerlo. ¿No te parece suficiente motivo para desesperarse y dudar? Seguramente habrás pasado por momentos muy difíciles en los que pensaste que Dios no estaba contigo. Pero Jesús ha recogido cada lágrima, por lo tanto, camina con paso firme y ten confianza. Ante las dificultades de la vida, repite estas palabras anónimas:
«Cuando las cosas vayan mal como a veces pasa. Cuando el camino parezca cuesta arriba. Cuando tus recursos mengüen y tus deudas crezcan, y al querer sonreír, tal vez suspires. Cuando tus preocupaciones te tengan agobiada. Descansa si te urge, pero no te rindas».
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera