miércoles, 4 de mayo de 2011

UNA BENDICIÓN ESPECIAL

El hace habitar en familia a la estéril que se goza en ser madre de hijos. (Salmos 113:9)

Aunque en nuestros días tener hijos no es tan importante para una mujer como lo era en los tiempos bíblicos, muchos hogares no escatiman esfuerzos en la búsqueda incesante de la risa infantil. Los hijos son como las flores del jardín, y aunque hay jardines muy hermosos con solo plantas verdes, las flores siempre dan un toque de alegría inigualable.
Visité en una ocasión a un matrimonio que vivía en una casa muy hermosa. Su diseño invitaba a la comodidad y gozaban de unas vistas impresionantes. Conversando con ellos, que eran la envidia de muchos, me di cuenta de que había un gran vacío en su corazón. «Nos falta la risa, el bullicio, el reguero e incluso el llanto de un hijo. ¿A quien dejaremos todo lo que tenemos?, dijo ella.
En la Biblia encontramos ejemplos de varios hogares que anhelaban fervientemente la llegada de un bebe. Abraham, por ejemplo, le dijo a Dios: «Cómo no me has dado prole, mi heredero será un esclavo nacido en mi casa» (Gen. J 5: 3). También Manoa y su esposa deseaban la presencia de un hijo. Para la mujer que hospedo al profeta Eliseo tener descendencia fue el don más maravilloso que podría haber recibido. Seguramente recordaras muchos casos más, pero no es mi intención centrarme en el pasado, sino en el presente. ¿Tienes hijos? ¿Que significan para ti?, ¿No tienes todavía descendencia? ¿La deseas? ¿Por qué?
Cuando mi esposo y yo nos casamos no faltaron los consejeros voluntarios que nos alentaban a que nos «embulláramos» y tuviéramos bebes. Siempre me resulto negativa la idea de traer hijos al mundo por un mero embullo, pues son una responsabilidad enorme.
Alégrate en las promesas divinas. Dios puede hacer de ti una madre gozosa y feliz. Puede desatar las ligaduras de infertilidad de tu cuerpo y de tu alma y convertirte en una madre amada, recordada y siempre lista para suplir las necesidades de sus hijos. Si ese es tu deseo, ora: «Señor, dame el gozo de ser una madre bendecida por ti».

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

"TRANSFORMADOS... EN LA MISMA IMAGEN"

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. 2 Corintios 3:18.

Otra de las grandes diversiones que actualmente atrapa a millones de niños, jóvenes y adultos es la televisión. ¡Que razón tenía el sabio Salomón cuando dijo: "nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír" (Ecle. 1:8)! Porque la televisión justamente se aprovecha de este instinto para tener tanto éxito y llegar con sus mensajes a la gran mayoría de los hogares del mundo.
Lamentablemente, como muchas otras cosas en esta tierra, la televisión contiene tanto lo bueno como lo malo. Brinda imágenes y sonidos 24 horas al día, informa, entretiene, ensena, pero también oculta, engaña y distorsiona la realidad. Así mismo plantea debates, sugiere, forma sentimientos de dolor, de odio, de alegría, de soledad, de compañerismo y de miedo. Sus programas van desde los más informativos y didácticos, hasta los más vanos y triviales. Y hoy hay una gama extraordinaria de opciones en la multitud de canales que ofrece la televisión satelital.
La televisión también puede ser perjudicial para la vida espiritual. Las escenas e imágenes se van retratando en la psiquis y fijando en la mente. Luego crean patrones de conducta que pueden influir la conducta del espectador. No es de extrañar que la constante observación de ciertos comportamientos se manifieste luego en los actos del observador.
El apóstol Pablo conocía muy bien la psiquis humana y la relación entre la observación y su comportamiento. Él sabía que la constante repetición de un mensaje llevara inevitablemente a la acción. Por eso, les aconsejo a los corintios: "Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor".
La vida de los héroes de la fe, la vida de Jesús, sus enseñanzas, su amor, su religión, están retratados en las páginas de la Biblia para tu constante observación. Y así, de manera natural y consecuente, sus palabras y su ejemplo formaran parte de tu ser y tu conducta, lo que te llevara a ser un cristiano autentico.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

¿AMOR?

El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. 1 Juan 4:8.

Esta semana recibí la carta de una joven cristiana que mantiene una relación amorosa con un hombre casado. Es una carta dolorosa; ella siente que lo ama, pero que ese amor la está destruyendo.
¿Que podría decirle? ¿Que Dios esta triste? ¡Claro que lo está! Pero, la tristeza divina no nace únicamente del hecho de que ella este transgrediendo un mandamiento, sino de la realidad dolorosa de que ella no es feliz.
¿Sabes? El amor es algo que Dios te confió con la intención de que contemples las facetas desconocidas y lindas de la vida; para que te sientas viva, para que veas el mundo más lleno de colores y de melodías. Porque el AMOR viene de Dios: "Dios es amor" declara Juan. Pero, cuando el amor es confundido con la pasión, se convierte en un motivo de infelicidad y te sumerge en el caos interior.
Pensemos más en la chica de la carta. Ella no se siente bien destruyendo a una familia ni hiriendo el corazón de Dios. Tanto es así que me escribe pidiendo ayuda. Pero, no se da cuenta de que cayó en la red de un hombre casado, y está condenada a sufrir grandes decepciones y a perder el respeto por sí misma. Porque, en esta vida, nadie es valorado si no se valora a sí mismo; y nadie puede ser feliz si no está en paz con Dios y consigo mismo.
¿Qué es lo que lleva a esta muchacha a conformarse viviendo un "amor" que no es tal? ¿Puede alguien como aquel "novio" no traicionarla a ella un día, como hoy está traicionando a la esposa? ¿Se puede confiar en un hombre así?
Ella manifiesta que comenzó esa relación porque tenía miedo de quedarse sola; pero ¿acaso relacionarse sentimentalmente con una persona casada no implica que ella continuara sola, compartiendo penas los pocos momentos que le sobren a él?
Cuando la soledad te abruma o te entristece, y te hace sentir que hay algo de errado en ti, es inútil que te aferres de alguien que te va a usar como un objeto, haciéndote sentir aún más triste... y más sola.
Podría haber respondido esta carta diciendo a esa joven que ponga punto final a esa situación, porque esa no es la voluntad de Dios. Pero sé que Dios no es un Dios egoísta, a quien solo le preocupa que sus hijos lo obedezcan. Dios es un padre amoroso, que desea nuestro bienestar. Ya lo dice la Escritura: "El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón