Llamaron a aquel lugar Boquim, y allí ofrecieron sacrificios a Jehová. (Jueces 2:5)
El llanto es una forma de expresión humana que puede tener diferentes matices. Mediante el llanto mostramos nuestra reacción ante algún suceso, ya sea positivo o negativo. Por ejemplo, cuando ganamos un trofeo, lloramos de alegría; cuando caminamos hacia el altar nos sobrecoge el llanto. Un bebé que se siente desamparado llora, y cuando se hace mayor y debe enfrentar sus temores, también llora. Las lágrimas no solo limpian nuestros ojos de cuerpos extraños e impurezas, sino que también pueden lavar nuestro corazón y servirnos de catarsis.
El texto de hoy nos remite a un escenario de dolor y reproche. Israel había sido librado milagrosamente de la esclavitud y conducido en forma no menos milagrosa a la tierra que Dios había prometido. Su primera misión era acabar con todo vestigio de idolatría. No debían mezclarse con los paganos ni aceptar sus Formas de culto ni costumbres. Pero habían sido negligentes en estos dos aspectos, y ahora el ángel les reprochaba su actitud. Sin embargo, aunque los israelitas allí congregados comprendieron sus faltas, sus lágrimas fueron más de vergüenza que de arrepentimiento. Lamentaban que por no haber cumplido su parte no podían disfrutar del favor divino ni habitar en paz, como era el deseo de Dios.
Tú y yo hemos sido liberadas de la esclavitud del pecado. Dios permite que gocemos anticipadamente de la tierra prometida al vivir en este mundo en paz con nuestros semejantes y con él. Pero, ¿qué sucede si, como los israelitas de antaño, nos mezclamos con el mundo en lugar de salir de la oscuridad y brillar para que otros puedan encontrar el camino?
Muy pronto la tierra prometida será una realidad para todos nosotros, i Cristo está a punto de regresar! Cuando tengas que enfrentar el juicio, ¿recibirás un reproche o Dios podrá cumplir completamente su obra en ti? Este es el momento de derramar nuestras lágrimas en un llanto de arrepentimiento y rogar por la misericordia de Dios. Alístate, no te detengas, Cristo viene y su galardón con él. ¿No quieres recibir lo que es tuyo?
El arrepentimiento produce una limpieza total de la persona.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
El llanto es una forma de expresión humana que puede tener diferentes matices. Mediante el llanto mostramos nuestra reacción ante algún suceso, ya sea positivo o negativo. Por ejemplo, cuando ganamos un trofeo, lloramos de alegría; cuando caminamos hacia el altar nos sobrecoge el llanto. Un bebé que se siente desamparado llora, y cuando se hace mayor y debe enfrentar sus temores, también llora. Las lágrimas no solo limpian nuestros ojos de cuerpos extraños e impurezas, sino que también pueden lavar nuestro corazón y servirnos de catarsis.
El texto de hoy nos remite a un escenario de dolor y reproche. Israel había sido librado milagrosamente de la esclavitud y conducido en forma no menos milagrosa a la tierra que Dios había prometido. Su primera misión era acabar con todo vestigio de idolatría. No debían mezclarse con los paganos ni aceptar sus Formas de culto ni costumbres. Pero habían sido negligentes en estos dos aspectos, y ahora el ángel les reprochaba su actitud. Sin embargo, aunque los israelitas allí congregados comprendieron sus faltas, sus lágrimas fueron más de vergüenza que de arrepentimiento. Lamentaban que por no haber cumplido su parte no podían disfrutar del favor divino ni habitar en paz, como era el deseo de Dios.
Tú y yo hemos sido liberadas de la esclavitud del pecado. Dios permite que gocemos anticipadamente de la tierra prometida al vivir en este mundo en paz con nuestros semejantes y con él. Pero, ¿qué sucede si, como los israelitas de antaño, nos mezclamos con el mundo en lugar de salir de la oscuridad y brillar para que otros puedan encontrar el camino?
Muy pronto la tierra prometida será una realidad para todos nosotros, i Cristo está a punto de regresar! Cuando tengas que enfrentar el juicio, ¿recibirás un reproche o Dios podrá cumplir completamente su obra en ti? Este es el momento de derramar nuestras lágrimas en un llanto de arrepentimiento y rogar por la misericordia de Dios. Alístate, no te detengas, Cristo viene y su galardón con él. ¿No quieres recibir lo que es tuyo?
El arrepentimiento produce una limpieza total de la persona.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera