Lugar: México
Palabra de Dios: Jeremías 1:6-8
Cuando el señor Rodríguez abrió la puerta de su casa, se sorprendió al encontrar a un niño pequeño allí.
-Buenos días -dijo el niño-. Me llamo José, y me gustaría hablarle de Dios. Él es todopoderoso, cambió mi vida y puede cambiar la suya, también.
El niño invitó al señor Rodríguez a aceptar a Jesús y a asistir a la iglesia.
El señor Rodríguez no fue el único que escuchó a José ese día. El chico continuó avanzando por la cuadra, yendo de puerta en puerta, hablando a otros acerca de Dios y de la segunda venida de Jesús. A veces, cantaba una canción o recitaba algún versículo de la Biblia.
José no tenía miedo de ser demasiado pequeño; de hecho, comenzó a predicar pequeños sermones cuando tenía 4 años de edad. Incluso, había hablado delante del gobernador y de otros funcionarios de gobierno, en un banquete especial.
El profeta Jeremías, por otro lado, pensaba que era demasiado joven para predicar la Palabra de Dios. Cuando Dios lo llamó para que fuera profeta, Jeremías pensaba que no podía hacerlo. ¿Y si la gente no lo escuchaba o no lo tomaba en serio?
La Biblia describe cómo se preocupaba porque no sabía si tenía lo que hace falta para hablar a favor de Dios. "Yo le respondí: '¡Ah, Señor, mi Dios! ¡Soy muy joven, y no sé hablar! Pero el Señor me dijo: 'No digas: "Soy muy joven", porque vas a ir adondequiera que yo te envíe, y vas a decir todo lo que yo te ordene. No le temas a nadie, que yo estoy contigo para librarte'. Lo afirma el Señor".
Ya ves, Dios puede utilizarte, ya sea que tengas 4 años, 94 o cualquier edad que sea. No pienses nunca que eres demasiado joven para compartir el mensaje de Dios con otros. Habla a favor de Dios. Él promete estar contigo.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson
Palabra de Dios: Jeremías 1:6-8
Cuando el señor Rodríguez abrió la puerta de su casa, se sorprendió al encontrar a un niño pequeño allí.
-Buenos días -dijo el niño-. Me llamo José, y me gustaría hablarle de Dios. Él es todopoderoso, cambió mi vida y puede cambiar la suya, también.
El niño invitó al señor Rodríguez a aceptar a Jesús y a asistir a la iglesia.
El señor Rodríguez no fue el único que escuchó a José ese día. El chico continuó avanzando por la cuadra, yendo de puerta en puerta, hablando a otros acerca de Dios y de la segunda venida de Jesús. A veces, cantaba una canción o recitaba algún versículo de la Biblia.
José no tenía miedo de ser demasiado pequeño; de hecho, comenzó a predicar pequeños sermones cuando tenía 4 años de edad. Incluso, había hablado delante del gobernador y de otros funcionarios de gobierno, en un banquete especial.
El profeta Jeremías, por otro lado, pensaba que era demasiado joven para predicar la Palabra de Dios. Cuando Dios lo llamó para que fuera profeta, Jeremías pensaba que no podía hacerlo. ¿Y si la gente no lo escuchaba o no lo tomaba en serio?
La Biblia describe cómo se preocupaba porque no sabía si tenía lo que hace falta para hablar a favor de Dios. "Yo le respondí: '¡Ah, Señor, mi Dios! ¡Soy muy joven, y no sé hablar! Pero el Señor me dijo: 'No digas: "Soy muy joven", porque vas a ir adondequiera que yo te envíe, y vas a decir todo lo que yo te ordene. No le temas a nadie, que yo estoy contigo para librarte'. Lo afirma el Señor".
Ya ves, Dios puede utilizarte, ya sea que tengas 4 años, 94 o cualquier edad que sea. No pienses nunca que eres demasiado joven para compartir el mensaje de Dios con otros. Habla a favor de Dios. Él promete estar contigo.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson