Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado (Salmo 1:1)
Ser madre ha sido de gran bendición, y tener a un pequeño junto a mí me recuerda al proceso del crecimiento. En este momento, nuestro hijo Alsten Timothy está en la etapa que ya puede sentarse solo. La primera vez que lo hizo, mi esposo y yo lo miramos con asombro, mientras trataba de mantenerse derecho. Más recientemente, estábamos todos felices de que estuviera aprendiendo a gatear y ponerse de pie. Por el momento, se pone de pie sosteniéndose de los muebles, pero pronto comenzará a caminar. Este es el proceso del crecimiento. A medida que vamos madurando, aprendemos a sentarnos, a ponernos de pie y a caminar. Es un proceso natural.
El Salmo 1 nos habla acerca de dos maneras de enfocar la vida: como justos o como malos. La promesa afirma que el que es fiel y no camina en consejo de malos será bienaventurado. Pero hay una advertencia implícita que sugiere que los que sigan el camino de los malos llegarán a la ruina.
Lo interesante acerca del crecimiento natural de los niños es que primero se sientan, luego se ponen de pie y finalmente caminan. Pero, en nuestra vida espiritual es a la inversa: primero caminamos, luego nos ponemos de pie y finalmente nos sentamos. Primero comenzamos a caminar en el consejo de los incrédulos, luego nos ponemos de pie en la senda de los pecadores y finalmente nos sentamos con los escarnecedores. Todo va hacia atrás, hasta que nos detenemos completamente. Llega el momento en que ya no podemos caminar y nos sentimos inmovilizadas. Estamos listas para ponernos de pie y comenzar a criticar a los demás. Finalmente nos sentamos quejándonos por todo.
Cuando nos ponemos en las manos de Dios, primero nos sentamos y escuchamos sus palabras inspiradas. Él nos restaurará con su Espíritu y nos dará las fuerzas para ponernos de pie en este mundo de maldad. Cuando ya seamos capaces de sostenernos en pie comenzaremos a caminar con Cristo Jesús. Seremos bendecidas cuando miremos directamente a Dios para recibir consejos. La Biblia aconseja que no debemos dejarnos desviar.
¿Por qué no sentarnos, ponernos de pie y caminar por Cristo el día de hoy?
Ser madre ha sido de gran bendición, y tener a un pequeño junto a mí me recuerda al proceso del crecimiento. En este momento, nuestro hijo Alsten Timothy está en la etapa que ya puede sentarse solo. La primera vez que lo hizo, mi esposo y yo lo miramos con asombro, mientras trataba de mantenerse derecho. Más recientemente, estábamos todos felices de que estuviera aprendiendo a gatear y ponerse de pie. Por el momento, se pone de pie sosteniéndose de los muebles, pero pronto comenzará a caminar. Este es el proceso del crecimiento. A medida que vamos madurando, aprendemos a sentarnos, a ponernos de pie y a caminar. Es un proceso natural.
El Salmo 1 nos habla acerca de dos maneras de enfocar la vida: como justos o como malos. La promesa afirma que el que es fiel y no camina en consejo de malos será bienaventurado. Pero hay una advertencia implícita que sugiere que los que sigan el camino de los malos llegarán a la ruina.
Lo interesante acerca del crecimiento natural de los niños es que primero se sientan, luego se ponen de pie y finalmente caminan. Pero, en nuestra vida espiritual es a la inversa: primero caminamos, luego nos ponemos de pie y finalmente nos sentamos. Primero comenzamos a caminar en el consejo de los incrédulos, luego nos ponemos de pie en la senda de los pecadores y finalmente nos sentamos con los escarnecedores. Todo va hacia atrás, hasta que nos detenemos completamente. Llega el momento en que ya no podemos caminar y nos sentimos inmovilizadas. Estamos listas para ponernos de pie y comenzar a criticar a los demás. Finalmente nos sentamos quejándonos por todo.
Cuando nos ponemos en las manos de Dios, primero nos sentamos y escuchamos sus palabras inspiradas. Él nos restaurará con su Espíritu y nos dará las fuerzas para ponernos de pie en este mundo de maldad. Cuando ya seamos capaces de sostenernos en pie comenzaremos a caminar con Cristo Jesús. Seremos bendecidas cuando miremos directamente a Dios para recibir consejos. La Biblia aconseja que no debemos dejarnos desviar.
¿Por qué no sentarnos, ponernos de pie y caminar por Cristo el día de hoy?
Jeba Andrews
Tomado de Meditaciones Matinales para la mujer
Mi Refugio
Autora: Ardis Dick Stenbkken
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Autora: Ardis Dick Stenbkken