«Mira a Behemot, criatura mía igual que tú, que se alimenta de hierba, como los bueyes» (Job 40:15.NVI).
Ten cuidado, que hoy vamos a explorar un territorio desconocido. Mira, ¡es un behemot! ¿Y qué es un behemot?, seguramente te preguntarás. Bien, los expertos en la Biblia no están seguros, pero algunos creen que pudo haberse tratado de un hipopótamo. Lo que Dios le estaba diciendo a Job era: «Yo hice el hipopótamo y también te hice a ti, por lo tanto, puedo hacerme cargo de tus problemas».
¿Quieres saber por qué crear a un hipopótamo fue algo tan maravilloso? Baja conmigo al río para que echemos un vistazo al asombroso hipopótamo. Mira esos dientes tan grandes. Algunos de los dientes de abajo pueden llegar a medir hasta 30 centímetros de largo. Piensa en lo difícil que sería masticar si tus dientes de abajo fueran así de largos. ¿Ves por qué es tan asombroso que Dios haya creado el hipopótamo?
Así como Dios le dijo a Job que él se encargaría de sus problemas, nosotros también debemos confiar en él para que se encargue de los nuestros. Después de todo, si Dios pudo crear a un animal cuatro metros y medio de largo con dientes de treinta centímetros, también puede encontrar una solución para esos problemas que parecen demasiado grandes en nuestra vida.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush