Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, socorred al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda (Isaías 1:17).
Corría el año 1741. Un hombre de 56 años de edad caminaba lentamente, cargando sobre sí la pesada carga de la frustración. Era un excelente músico. Tocaba a la perfección el violín, el clavicordio y el oboe, y además era un organista brillante; pero estaba endeudado porque sus composiciones no obtenían la popularidad necesaria para mantener financieramente a su familia. Cansado y derrotado por el fracaso decidió retirarse, pero entonces recibió un encargo especial destinado a fines caritativos.
El 22 de agosto tomó en sus manos el papel pautado para comenzar a escribir su última obra musical. Absorto en su inspiración, apenas salía de su cuarto. En veinticuatro días había concluido una partitura de 260 páginas que fue estrenada el 13 de abril de 1742, bajo el título de «El Mesías». Con esta composición la carrera musical de Haendel llegó a la cúspide de la gloria. El dinero obtenido por esta extraordinaria obra ayudó a 142 personas encarceladas por causa de no haber podido pagar sus deudas.
Georg Friedrich Haendel pasó a la historia como un músico brillante. Su carrera comenzó cuando a los 56 años de edad se rindió en los brazos de ese Cristo a quien le cantó magistralmente y con humildad. Tal vez en este momento tu vida esté en un punto de inflexión. Avanza el año en curso y tú caminas lentamente, llevando la pesada carga de una vida frustrada por el fracaso. Te sientes derrotada y piensas que tu vida ha llegado a su fin, que no hay nada más que esperar de ella, pero Cristo tiene algo maravilloso para ti. Escucha la voz divina que te dice: «Aprende a hacer el bien. No temas, yo puedo enseñarte. Solo busca la justicia, restituye al agraviado, defiende al huérfano y ampara a la viuda». En otras palabras: «Produce frutos de servicio».
Ayudando a otros encontrarás fuerzas para continuar tu propio camino, "todavía hay oportunidad para que entres en el escenario del plan divino. Solo busca a Dios y él te hará victoriosa.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
Corría el año 1741. Un hombre de 56 años de edad caminaba lentamente, cargando sobre sí la pesada carga de la frustración. Era un excelente músico. Tocaba a la perfección el violín, el clavicordio y el oboe, y además era un organista brillante; pero estaba endeudado porque sus composiciones no obtenían la popularidad necesaria para mantener financieramente a su familia. Cansado y derrotado por el fracaso decidió retirarse, pero entonces recibió un encargo especial destinado a fines caritativos.
El 22 de agosto tomó en sus manos el papel pautado para comenzar a escribir su última obra musical. Absorto en su inspiración, apenas salía de su cuarto. En veinticuatro días había concluido una partitura de 260 páginas que fue estrenada el 13 de abril de 1742, bajo el título de «El Mesías». Con esta composición la carrera musical de Haendel llegó a la cúspide de la gloria. El dinero obtenido por esta extraordinaria obra ayudó a 142 personas encarceladas por causa de no haber podido pagar sus deudas.
Georg Friedrich Haendel pasó a la historia como un músico brillante. Su carrera comenzó cuando a los 56 años de edad se rindió en los brazos de ese Cristo a quien le cantó magistralmente y con humildad. Tal vez en este momento tu vida esté en un punto de inflexión. Avanza el año en curso y tú caminas lentamente, llevando la pesada carga de una vida frustrada por el fracaso. Te sientes derrotada y piensas que tu vida ha llegado a su fin, que no hay nada más que esperar de ella, pero Cristo tiene algo maravilloso para ti. Escucha la voz divina que te dice: «Aprende a hacer el bien. No temas, yo puedo enseñarte. Solo busca la justicia, restituye al agraviado, defiende al huérfano y ampara a la viuda». En otras palabras: «Produce frutos de servicio».
Ayudando a otros encontrarás fuerzas para continuar tu propio camino, "todavía hay oportunidad para que entres en el escenario del plan divino. Solo busca a Dios y él te hará victoriosa.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera