«Si alguno dice: “Yo amo a Dios” y al mismo tiempo odia a su hermano, es un mentiroso. Pues si uno no ama a su hermano, a quien ve, tampoco puede amar a Dios, a quien no ve». 1 Juan 4: 20
La Biblia cuenta la historia de unos hermanos mellizos. Mellizos significa que nacieron juntos, al mismo tiempo y de la misma mamá. Se llamaban Jacob y Esaú. Normalmente los mellizos se parecen mucho, pero estos eran totalmente diferentes. A Esaú le gustaba el campo mientras que a Jacob le gustaba quedarse en la casa. Esaú tenía mucho pelo en la cabeza y el cuerpo, pero Jacob no.
En una ocasión se enojaron el uno con el otro, pero luego se reconciliaron. Jacob le pidió perdón a su hermano por haberlo ofendido. Ese momentoTue de mucha alegría para toda la familia.
¿Tienes un hermanito o hermanita que es diferente a ti? ¿O un amiguito que prefiere cosas distintas a las que
te gustan a ti? Estoy segura que sí, pues Dios nos hizo diferentes a todos, y eso puede provocar desacuerdos. Pero debemos estar siempre dispuestos a pedir perdón y a hacer las paces. Un hermanito y un amiguito, así como papá y mamá o tus abuelitos, son demasiado importantes como para que por un enfado dejes de querer estar con ellos.
Con la ayuda de mami o papi, haz una lista de los juegos que te gustan. Invita a tus hermanos y amigos a jugar y disfruten juntos de un lindo día.
Oremos: Amado Jesús, ayúdame a querer a los demás aunque sean diferentes a mí.
Pasito a pasito, Crezco y aprendo
¡Vive y crece sanamente!
Por: Kathy Hernández de Polanco
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