«Aquel mismo día, los siervos de Isaac vinieron a darle la noticia de que habían encontrado agua en el pozo que estaban abriendo» (Génesis 26:32).
No se te olvide ponerte las botas de excursionista. Cuando los excavadores de pozos lleguen al agua, lo más probable es que esta fluya por el hoyo que se abrió y te moje. El versículo de hoy nos muestra que la lleva excavando pozos miles de años. El agua es necesaria para saciar nuestra sed, para bañarnos, y para mantener la vida de nuestros animales y mascotas. A veces la gente que hace pozos tiene que cavar decenas de metros bajo tierra para encontrar agua. El 6 de enero hablamos de ríos subterráneos. Eso es precisamente lo que buscan los excavadores de pozos. Ellos usan unos taladros gigantes para penetrar en la superficie de la tierra y así encontrar el precioso líquido que tanto necesitamos. A veces juzgamos a las personas por las cosas que hemos exteriormente. Quizá caminan de manera graciosa, se visten diferente a nosotros o llevan el cabello de una forma particular Nos olvidamos de todo el bien que Dios ha puesto dentro de ellos. Seguramente estas personas se sienten mal porque los demás no las entienden y se fijan solo en lo exterior Quizá esto también te ha ocurrido a ti. No olvides que Dios ha puesto cosas buenas en el interior de cada persona. Busquemos esas cosas buenas, y descubramos por qué todos somos especiales ante los ojos de Dios.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush