«El quinto, sardónice; el sexto, sardio; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisoprasa; el undécimo, jacinto; y el duodécimo, amatista» (Apocalipsis 21:20, BLA).
¿Puedes creerlo? Ya llevamos cinco días seguidos caminando alrededor de las murallas de la Nueva Jerusalén. Pero no debería sorprendernos, después de todo, cada una de las murallas de la ciudad tiene miles de kilómetros de largo. ¡Impresionante!
Hoy vamos a examinar la piedra número once en las murallas de la ciudad. Se llama Jacinto. El jacinto también es conocido como zircón, y gran parte de este se encuentra en la India. Una de las cosas especiales del zircón es la manera en que se cristaliza. Muchas de las piedras que conocemos fueron en algún momento líquidos. Cuando estos líquidos se enfriaron, crearon formas especiales. Estas formas se conocen como cristales. Lo más asombroso del zircón es que siempre crea la misma forma cuando se enfría. Parece que tiene su propia manera de hacer las cosas.
Dios también es así. Él tiene su propio método para hacer las cosas, y podemos encontrarlo en la Biblia. El método de Dios nos ayuda a amar al prójimo, a ser más bondadosos con los demás y a decir siempre la verdad, al leer hoy su Palabra y aprende cuál es el método de Dios para hacer las cosas. Esa es la mejor manera de vivir la vida.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush