Lugar: Rusia
Palabra de Dios: Efesios 4:15,16
El concierto de 1922 del Ensamble Pervyi Simfonicheskyi en Moscú, Rusia, fue un evento histórico: por primera vez, una orquesta importante en el orden mundial se presentó sin director. Los músicos decidieron que no necesitaban director. Después de todo, ellos eran profesionales. ¿Por qué necesitaban de alguien que les dijera lo que tenían que hacer? ¿Por qué no podían tocar juntos, sin un director?
Su primer concierto fue un éxito. Los músicos tocaron muy bien juntos, aunque no tenían director. Durante los siguientes cuatro años, la orquesta sin director continuó tocando.
Pero, entonces las cosas comenzaron a desmoronarse ¿Por qué el primer violín hacía gestos e indicaba el tiempo? ¿Estaba tratando de dirigirlos? ¿Por qué tenían primeros y segundos fagotistas? ¿Significaba eso que algunos músicos eran mejores que otros? Las peleas continuaron, tomando cada vez más tiempo en los ensayos. En 1928, el grupo tuvo que disolverse.
A veces, es importante tener un conductor, alguien que esté a cargo. Las orquestas necesitan de los directores. Y nosotros, como cristianos, necesitamos que Cristo guíe las cosas. De esa manera, todos podemos permanecer unidos.
La Biblia habla de Jesús como la cabeza, y de su pueblo como el cuerpo, unido a él. El apóstol Pablo escribió: "Al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro".
Sí, necesitamos de Cristo. Y con él como la cabeza, podremos trabajar juntos de la manera en que debemos hacerlo.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson