«¿Podrá, pues, un simple hombre ser puro e inocente frente a Dios? A sus ojos, ni la luna tiene brillo ni son puras las estrellas, ¡mucho menos el hombre; este gusano miserable!» (Job 25:4-6).
En nuestra aventura de hoy hemos encontrado algo que es sencillamente asqueroso: un animal muerto. ¡Mira! Hay unos pequeños gusanos comiéndoselo. A estos gusanos se los conoce como larvas, y en otra etapa de su vida se convertirán en moscas. ¡Qué asco! ¿Por qué Dios habla de estas cosas en su Palabra? Deben de ser importantes por alguna razón. Veamos si podemos averiguar por qué.
En los versículos de hoy Job dice que nadie es lo suficientemente bueno como para presentarse delante de Dios. Eso significa que ni tú ni yo podemos ir al cielo sin la ayuda divina. Job dice que nosotros somos como gusanos. Sin duda Dios nos hizo especiales, pero Job nos recuerda que necesitamos depender de Dios completamente para poder ser salvos. Podremos vivir para siempre solo si aceptamos su perdón y la muerte de Cristo en la cruz.
Obviamente tú eres mucho más especial que un asqueroso gusano que algún día volará como mosca. Pero no lo olvides: solo a través de Jesús podrás algún día «volar» al cielo.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush