Abram creyó a Jehová y le fue contado por justicia. (Génesis 15:6).
Creer. En medio de un mundo materialista y racionalista, creer solo parece tener lógica cuando podemos palpar, razonar y entender. Sin embargo, un breve recorrido por la historia bíblica nos muestra el verdadero significado de la palabra «creer».
A Abraham se le pidió que creyera sin poder ver ni tocar. A Sara se le pidió que creyera cuando todo parecía indicar que no había ningún motivo para hacerlo, cuando los años conspiraban despiadadamente contra la promesa bienaventurada. También a ti y a mí se nos pide que creamos. ¿Que creamos en qué? En que nuestras vidas han sido salvadas por la sangre preciosa de Jesús en el madero del Calvario. En que no podemos alcanzar la salvación por muchas buenas obras que hagamos. En que nuestros pecados son perdonados si los confesamos y cambiamos de rumbo. En que Cristo puede y quiere hacernos vencedoras sobre el mal, y en que la redención está muy cerca.
El texto de hoy afirma que Abraham creyó y le fue contado por justicia. ¿Es que creyendo somos salvas? Por supuesto que no. La Biblia dice que también los demonios creen y tiemblan. ¿Por qué? Porque saben que Dios existe pero no aceptan el plan de salvación. Saben que su sentencia está emitida y que el tiempo se acorta. Pero nosotras, hermanas, tenernos un futuro distinto. Para nosotras sí hay oportunidad. Para nosotras hay un lugar en las mansiones eternas.
La prensa se hizo eco de la gran noticia: la NASA, utilizando el Telescopio Chandra, pudo capturar con su prodigioso lente la supernova más joven de la Vía Láctea, de solo 140 años, y a la que estaban siguiendo desde 1985. Nosotras no tenemos necesidad de ver la proximidad de la venida de Cristo por medio de telescopios. Es real, así como es real que él espera ansioso encontrarse contigo y conmigo en aquel día. Mira hacia el cielo, su venida está muy cerca. Cree y deja que su Espíritu obre en ti. Entonces tu fe te será contada por justicia.
Si crees, todo es posible. Tienes un Dios que se ocupa de que lo sea.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
Creer. En medio de un mundo materialista y racionalista, creer solo parece tener lógica cuando podemos palpar, razonar y entender. Sin embargo, un breve recorrido por la historia bíblica nos muestra el verdadero significado de la palabra «creer».
A Abraham se le pidió que creyera sin poder ver ni tocar. A Sara se le pidió que creyera cuando todo parecía indicar que no había ningún motivo para hacerlo, cuando los años conspiraban despiadadamente contra la promesa bienaventurada. También a ti y a mí se nos pide que creamos. ¿Que creamos en qué? En que nuestras vidas han sido salvadas por la sangre preciosa de Jesús en el madero del Calvario. En que no podemos alcanzar la salvación por muchas buenas obras que hagamos. En que nuestros pecados son perdonados si los confesamos y cambiamos de rumbo. En que Cristo puede y quiere hacernos vencedoras sobre el mal, y en que la redención está muy cerca.
El texto de hoy afirma que Abraham creyó y le fue contado por justicia. ¿Es que creyendo somos salvas? Por supuesto que no. La Biblia dice que también los demonios creen y tiemblan. ¿Por qué? Porque saben que Dios existe pero no aceptan el plan de salvación. Saben que su sentencia está emitida y que el tiempo se acorta. Pero nosotras, hermanas, tenernos un futuro distinto. Para nosotras sí hay oportunidad. Para nosotras hay un lugar en las mansiones eternas.
La prensa se hizo eco de la gran noticia: la NASA, utilizando el Telescopio Chandra, pudo capturar con su prodigioso lente la supernova más joven de la Vía Láctea, de solo 140 años, y a la que estaban siguiendo desde 1985. Nosotras no tenemos necesidad de ver la proximidad de la venida de Cristo por medio de telescopios. Es real, así como es real que él espera ansioso encontrarse contigo y conmigo en aquel día. Mira hacia el cielo, su venida está muy cerca. Cree y deja que su Espíritu obre en ti. Entonces tu fe te será contada por justicia.
Si crees, todo es posible. Tienes un Dios que se ocupa de que lo sea.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera