«En él [el pectoral] se engastaron cuatro filas de piedras preciosas [...] en la segunda hilera, una turquesa, un zafiro y un jade» (Éxodo 39:10, II,NVI).
Los últimos cuatro días hemos aprendido mucho explorando el tabernáculo en el desierto. Hoy aprenderemos un poco más sobre el pectoral del sacerdote. ¿Lo recuerdas? Era una pieza adornada con piedras preciosas que el sacerdote llevaba en el pectoral. La primera piedra de la segunda fila del pectoral era una turquesa.
Los amerindios de los Estados Unidos usan turquesas en sus ornamentos. Si vemos alguno, tal vez encontraremos una piedra azul brillante en un anillo o brazalete que podría ser una turquesa, o tal vez no. Porque la turquesa tiene una impostora que se llama variscita. La única manera de saber cuál es cuál, es calentándolas. La turquesa y la variscita se derriten a temperaturas distintas. ¡Esa es la única diferencia!
¿Cómo puedes saber si tú eres un buen cristiano? Los cristianos también pueden hacerse la prueba del calor Cuando las cosas se calientan y se ponen difíciles, los verdaderos cristianos se aferran a Jesús. Ciertamente todos cometemos errores, pero si permanecemos cerca de Jesús, aprenderemos a aferrarnos a él a pesar de lo «calientes» que puedan ser las tentaciones de Satanás. Aférrate a Jesús y deja que él te convierta en una verdadera gema de su corona.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush