«Y del cielo cayeron sobre la gente enormes granizos, que pesaban más de cuarenta kilos, y los hombres dijeron cosas ofensivas contra Dios por la calamidad del granizo, porque fue un castigo muy grande» (Apocalipsis 16:21)
Cuando salgo de excursión por la montaña siempre estoy preparado. Lo que puede comenzar como un hermoso día soleado puede terminar con truenos, rayos y granizo. Yo me he visto muchas veces en medio de fuertes tormentas de granizo, pero la peor de todas fue en el jardín de mi casa.
El granizo se forma cuando el agua de las nubes se congela en pequeñas bolitas. Estas pequeñas bolitas de hielo comienzan a crecer dentro de la nube hasta que son demasiado pesadas para flotar y caen a la tierra. El día del que te hablo en el jardín de mi casa el granizo que cayó tenía el tamaño de pelotas de béisbol. Debían de pesar al menos medio kilogramo cada una. Yo tuve que protegerme la cabeza con una cubeta para evitar salir herido. Hubo ventanas rotas, automóviles con magulladuras y casas agujereadas,
El versículo de hoy habla de piedras de granizo de cuarenta kilos que caerán a la tierra antes de que Jesús venga. Ese día será escalofriante, pero si tú y yo permanecemos en Jesús, no tenemos nada de qué preocuparnos. Acércate hoy a Jesús y ponte a salvo de la lluvia de granizo.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush