A esta mujer se le apareció el ángel deje Jehová y le dijo: ¿Tu eres estéril y nunca has tenido hijos, pero concebirás y darás a luz un hijo.(Jueces 13:3).
El comentario bíblico adventista hace esta interesante declaración: «Algunos de los hebreos más eminentes nacieron de madres que hasta entonces habían sido estériles. En un sentido muy especial, estos niños fueron dadivas de Dios, concedidos a sus padres, porque estos estaban enteramente consagrados al Señor, y los criarían de tal forma que pudieran llegar a ser instrumentos especiales del Señor para bien de su pueblo» (t. 2, p. 382).
Las páginas sagradas recogen muchos casos de hombres y mujeres que fueron dadivas de Dios. Sus padres fueron escogidos porque estaban preparados para asumir tal responsabilidad. Sin embargo, aunque todos cumplieron los planes divinos, no todos escogieron la voluntad divina para cumplir ese plan.
Dios siempre cumple lo que promete. ¿Por qué, entonces, se ve forzado a dar tantas vueltas para lograr su propósito en nuestras vidas? La respuesta está en la libertad de elección que dio al ser humano desde el mismo príncipe. Dios podría haberse ahorrado muchos sinsabores y sufrimientos si nos hubiera hecho como maquinas programadas para obedecerlo. Cuando pienso en lo que arriesgo sabiéndolo de antemano, me lleno de un agradecimiento enorme, porque sé que yo fui tan especial para el que asumió mi libertad.
Como madres tenemos el deber de educar a nuestros hijos en el camino de la salvación, pero debemos respetar la libertad que Dios les dio, aunque esto a veces lastime nuestro corazón. Lo cierto es que Dios nunca abandono a los buenos ni a los males. Isaac es un modelo para cualquier joven, sin embargo, su hijo Jacob mancho la historia inmaculada de su padre con mentiras, engaños y separación. José fue corona de rey en manos humildes y su fidelidad trajo felicidad. Y Sansón... Sansón es un ejemplo de cuan necio puede ser el ser humano a pesar de considerarse fuerte. Todos cumplieron su función en la vida, pero no todos tuvieron cl mismo final.
Recuerda que Dios abre un camino para que tu camines en él. Oremos para que no haya desvíos a derecha ni a izquierda. Dios siempre cumple sus propósitos. ¿Cumplo yo el propósito divino para mí?
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
El comentario bíblico adventista hace esta interesante declaración: «Algunos de los hebreos más eminentes nacieron de madres que hasta entonces habían sido estériles. En un sentido muy especial, estos niños fueron dadivas de Dios, concedidos a sus padres, porque estos estaban enteramente consagrados al Señor, y los criarían de tal forma que pudieran llegar a ser instrumentos especiales del Señor para bien de su pueblo» (t. 2, p. 382).
Las páginas sagradas recogen muchos casos de hombres y mujeres que fueron dadivas de Dios. Sus padres fueron escogidos porque estaban preparados para asumir tal responsabilidad. Sin embargo, aunque todos cumplieron los planes divinos, no todos escogieron la voluntad divina para cumplir ese plan.
Dios siempre cumple lo que promete. ¿Por qué, entonces, se ve forzado a dar tantas vueltas para lograr su propósito en nuestras vidas? La respuesta está en la libertad de elección que dio al ser humano desde el mismo príncipe. Dios podría haberse ahorrado muchos sinsabores y sufrimientos si nos hubiera hecho como maquinas programadas para obedecerlo. Cuando pienso en lo que arriesgo sabiéndolo de antemano, me lleno de un agradecimiento enorme, porque sé que yo fui tan especial para el que asumió mi libertad.
Como madres tenemos el deber de educar a nuestros hijos en el camino de la salvación, pero debemos respetar la libertad que Dios les dio, aunque esto a veces lastime nuestro corazón. Lo cierto es que Dios nunca abandono a los buenos ni a los males. Isaac es un modelo para cualquier joven, sin embargo, su hijo Jacob mancho la historia inmaculada de su padre con mentiras, engaños y separación. José fue corona de rey en manos humildes y su fidelidad trajo felicidad. Y Sansón... Sansón es un ejemplo de cuan necio puede ser el ser humano a pesar de considerarse fuerte. Todos cumplieron su función en la vida, pero no todos tuvieron cl mismo final.
Recuerda que Dios abre un camino para que tu camines en él. Oremos para que no haya desvíos a derecha ni a izquierda. Dios siempre cumple sus propósitos. ¿Cumplo yo el propósito divino para mí?
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera