Lugar: Kentucky, EE.UU.
Palabra de Dios: 1 Timoteo 4:12
Un sábado, mientras visitaba una iglesia en Kentucky, decidí visitar el aula de la clase de Escuela Sabática de Intermediarios. Estaban realizando un juego bíblico, así que me puse a jugar con ellos.
El juego estaba en su apogeo, cuando una de las chicas comenzó a guardar todas sus cosas. Miré mi reloj. Todavía teníamos quince minutos antes de la hora del sermón.
—¿Por qué estás tan apurada? —le pregunté.
Ella me dijo que tenía que ocuparse del sistema de sonido de la iglesia. Pensé que era muy bueno que ella pudiera ayudar con eso. Pero, entonces me enteré de que ella no estaba ayudando, ella era la encargada de toda la amplificación de la iglesia. Era buena en eso, así que decidió utilizar su talento. No importaba que apenas fuera una adolescente, podía hacer su parte para Dios.
La Biblia dice: “Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza”. En otras palabras, sin tener en cuenta cuán joven o viejo seas, puedes servir a otros.
Piensa en las maneras en que puedes ayudar en tu iglesia, en tu escuela, en tu comunidad o en tu hogar. ¿Cuáles son tus talentos e intereses? ¿Te gusta cantar? ¿Te gusta atender a los niños pequeños? ¿Eres bueno con la tecnología? Quizá te guste saludar y recibir a la gente que llega a la iglesia.
No permitas que nadie te diga que eres demasiado joven como para servir. En lugar de eso, como dice el versículo bíblico, sé un ejemplo para los demás.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson