Lugar: China
Palabra de Dios: Lucas 21:3,4.
Aunque era la persona más pobre de la iglesia de Tungliao, el señor Liu* quería brindar una ofrenda para Dios. "¿Qué puedo hacer?" se preguntaba. Después de todo, los pocos cerdos que criaba cada año eran suficientes apenas para sostener a su familia.
Luego de pensarlo durante algunos días, el señor Liu decidió vender uno de sus cerdos, con el propósito de conseguir dinero para darlo a Dios. En lugar de vender cualquier cerdo, sin embargo, vendió el más valioso, y consiguió 13,35 pesos por la venta. Pero, el señor Liu no estaba completamente satisfecho. "Quiero darle a Dios un número redondo", pensó. Así que, tomó dinero de sus finanzas personales, y redondeó su ofrenda en catorce pesos.
¿Te parece que Dios habrá apreciado el regalo de Liu? Quizá la siguiente historia bíblica pueda darte una pista.
Un día, Jesús estaba sentado en el Templo, con sus discípulos. Observaban cómo la gente ofrecía, con orgullo, grandes cantidades de dinero para Dios.
Debió haber sido difícil para la pobre viuda dejar sus dos pequeñas, moneditas de cobre junto con el resto de las ofrendas; pero lo hizo, de todas maneras. Cuando Jesús observó su regalo, no se rió de ella ni le dijo que Dios no necesitaba de sus monedas.
En lugar de ello, dijo: "-Les aseguro -les dijo- que esta viuda pobre ha echado más que todos los demás. Todos ellos dieron sus ofrendas de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para su sustento".
¿Te gusta ofrendar a Dios? ¿Estás dispuesto a ofrecer a él lo mejor? Recuerda: Dios aprecia tus regalos, no importa cuán grandes o pequeños sean.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson
Palabra de Dios: Lucas 21:3,4.
Aunque era la persona más pobre de la iglesia de Tungliao, el señor Liu* quería brindar una ofrenda para Dios. "¿Qué puedo hacer?" se preguntaba. Después de todo, los pocos cerdos que criaba cada año eran suficientes apenas para sostener a su familia.
Luego de pensarlo durante algunos días, el señor Liu decidió vender uno de sus cerdos, con el propósito de conseguir dinero para darlo a Dios. En lugar de vender cualquier cerdo, sin embargo, vendió el más valioso, y consiguió 13,35 pesos por la venta. Pero, el señor Liu no estaba completamente satisfecho. "Quiero darle a Dios un número redondo", pensó. Así que, tomó dinero de sus finanzas personales, y redondeó su ofrenda en catorce pesos.
¿Te parece que Dios habrá apreciado el regalo de Liu? Quizá la siguiente historia bíblica pueda darte una pista.
Un día, Jesús estaba sentado en el Templo, con sus discípulos. Observaban cómo la gente ofrecía, con orgullo, grandes cantidades de dinero para Dios.
Debió haber sido difícil para la pobre viuda dejar sus dos pequeñas, moneditas de cobre junto con el resto de las ofrendas; pero lo hizo, de todas maneras. Cuando Jesús observó su regalo, no se rió de ella ni le dijo que Dios no necesitaba de sus monedas.
En lugar de ello, dijo: "-Les aseguro -les dijo- que esta viuda pobre ha echado más que todos los demás. Todos ellos dieron sus ofrendas de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para su sustento".
¿Te gusta ofrendar a Dios? ¿Estás dispuesto a ofrecer a él lo mejor? Recuerda: Dios aprecia tus regalos, no importa cuán grandes o pequeños sean.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson