«Jotam le declaró la guerra al rey de los amonitas y lo venció. Durante tres años consecutivos los amonitas tuvieron que pagarle un tributo anual de cien barras de plata, diez mil cargas de trigo y diez mil cargas de cebada» (2 Crónicas 27:5).
Los amonitas pagaron a Jotam diez mil cargas de cebada. ¿Sabes lo que es la cebada? Te voy a dar una pista. Puedes caminar por un campo de cebada, tomar las semillas de las puntas de las espigas, molerlas y hacer pan. Correcto, la cebada es un grano como el trigo o la avena. ¿Adivina qué otra cosa está hecha de cebada? ¡La cerveza! Aunque no lo creas, el mismo grano que se usa para hacer un nutritivo pan, es usado para hacer una dañina bebida alcohólica. ¿No es asombroso que algo tan bueno pueda usarse para hacer algo tan perjudicial?
Nosotros también nos parecemos un poco a la cebada. Podemos tomar decisiones buenas o decisiones malas. Podemos elegir hacer las cosas a la manera de Dios o hacerlas a la manera de Satanás. Si escoges hacer las cosas a la manera de Dios, puedes estar seguro de que él sabe lo que es mejor para ti. Dios nunca te forzará a escogerlo a él, pero siempre será la elección más inteligente.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush