Nadie podía aprender el cantico, sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra. (Apocalipsis 14:3)
Este mundo muy pronto recibirá la libertad del pecado que lo subyuga. Vemos a través de la historia pasada las incuestionables señales de que Dios ha obrado a favor de la humanidad preparando el camino para redimir a su pueblo. Si confiamos en que hasta aquí el Señor nos ha dirigido con sabiduría y fidelidad, tendremos la certeza de que nuestra redención está cerca.
Considera cómo Dios ha actuado en nuestras vidas para que tu fe se afiance en él:
1. Hemos sido «rescatados». El plan de salvación se materializó en la cruz del Calvario, donde Cristo expiaba la culpa de la humanidad.
2. Hemos sido «perdonados». La sangre que fue derramada sobre aquel madero ha sido suficiente para limpiar los pecados de toda la humanidad, incluyendo, por supuesto, los tuyos y los míos. Por esta razón podernos exclamar: «¡Alabado sea Dios, que me ha perdonado!».
3. Hemos sido «reconciliados». Cristo volvió a unir el cielo con la tierra. Su sacrificio es el puente que une el mundo caído con el mundo divino.
4. Hemos sido «renovados». La obra que el Espíritu Santo hace en nuestro favor completa la transformación que se requiere para ser considerados libres de culpa.
5. Hemos sido «redimidos». Cristo nos ha redimido con su preciosa sangre, por lo cual somos extranjeras y advenedizas en este mundo, nuestra ciudadanía está en los cielos, donde muy pronto estaremos consumando el maravilloso plan de salvación.
¿Tienes la certeza de haber sido redimida? La vida cristiana es una experiencia de gozo, porque no tenemos que esperar al futuro para disfrutar de sus múltiples bendiciones. Cristo nos da la bendición de ser partícipes de su gloria incluso antes de que sea consumada en el ciclo. Si aprendemos a disfrutar de la compañía divina en la tierra, podremos estar a gusto en el cielo, donde viviremos eternamente con Jesús.
¿Estás ya disfrutando de la vida eterna que Dios te ha dado? ¿Deseas formar parte de los coristas que cantarán el canto de victoria?
«Nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo» (Fil. 3: 20).
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
Este mundo muy pronto recibirá la libertad del pecado que lo subyuga. Vemos a través de la historia pasada las incuestionables señales de que Dios ha obrado a favor de la humanidad preparando el camino para redimir a su pueblo. Si confiamos en que hasta aquí el Señor nos ha dirigido con sabiduría y fidelidad, tendremos la certeza de que nuestra redención está cerca.
Considera cómo Dios ha actuado en nuestras vidas para que tu fe se afiance en él:
1. Hemos sido «rescatados». El plan de salvación se materializó en la cruz del Calvario, donde Cristo expiaba la culpa de la humanidad.
2. Hemos sido «perdonados». La sangre que fue derramada sobre aquel madero ha sido suficiente para limpiar los pecados de toda la humanidad, incluyendo, por supuesto, los tuyos y los míos. Por esta razón podernos exclamar: «¡Alabado sea Dios, que me ha perdonado!».
3. Hemos sido «reconciliados». Cristo volvió a unir el cielo con la tierra. Su sacrificio es el puente que une el mundo caído con el mundo divino.
4. Hemos sido «renovados». La obra que el Espíritu Santo hace en nuestro favor completa la transformación que se requiere para ser considerados libres de culpa.
5. Hemos sido «redimidos». Cristo nos ha redimido con su preciosa sangre, por lo cual somos extranjeras y advenedizas en este mundo, nuestra ciudadanía está en los cielos, donde muy pronto estaremos consumando el maravilloso plan de salvación.
¿Tienes la certeza de haber sido redimida? La vida cristiana es una experiencia de gozo, porque no tenemos que esperar al futuro para disfrutar de sus múltiples bendiciones. Cristo nos da la bendición de ser partícipes de su gloria incluso antes de que sea consumada en el ciclo. Si aprendemos a disfrutar de la compañía divina en la tierra, podremos estar a gusto en el cielo, donde viviremos eternamente con Jesús.
¿Estás ya disfrutando de la vida eterna que Dios te ha dado? ¿Deseas formar parte de los coristas que cantarán el canto de victoria?
«Nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo» (Fil. 3: 20).
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera