«Y así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también el Hijo del hombre tiene que ser levantado» (Juan 3:14).
¿Alguna vez te has preguntado por qué es tan importante llevar botas cuando caminas por la naturaleza? De hecho, hay varias razones: proteger tus pies de las afiladas rocas, mantener los pies secos y evitar que las serpientes te muerdan. Pero no dejes de salir a explorar por miedo a que una serpiente te muerda. No es común que eso ocurra.
Lo mejor que puedes hacer si una serpiente venenosa te llegara a morder es quedarte tranquilo mientras alguien consigue ayuda o te llevan al hospital. Tratar de no moverte mucho. Al llegar al hospital los médicos te darán un antídoto. El antídoto es una medicina que ayuda al cuerpo a deshacerse del veneno de la serpiente.
Los israelitas habían caído nuevamente en pecado y Dios había permitido que las serpientes venenosas los mordieran. Pero Dios en su misericordia les dio una cura. Le pidió a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y que le dijera al pueblo que la mirara cada vez que fueran mordidos por una serpiente. Lo único que tenían que hacer era mirar la serpiente y serían curados.
Nosotros hemos sido «mordidos» por el pecado, pero Jesús quiere que lo miremos a él para curarnos. Mira hoy a Jesús y deja que te dé el antídoto para el pecado.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush