Sostén tu sombrero que hoy va a hacer mucho viento. Prácticamente voy a tener que gritarte para que puedas escuchar lo que te digo en medio de la tempestad. Si lees el versículo de hoy te darás cuenta de que estamos hablando de una tormenta muy fuerte llamada «Nordeste». Aunque la tormenta Nordeste de nuestro versículo tenía vientos con fuerza de huracán, este tipo de tormenta es diferente a un huracán.
Los huracanes se forman en aguas cálidas y la Nordeste viene de aguas frías. Pero algo sí tienen en común: ambas son muy fuertes y pueden causar mucho daño. La tormenta Nordeste del versículo de hoy era tan fuerte que destruyó el barco en el que viajaba Pablo. Él viajaba en ese barco como prisionero, y a pesar de ello, oró para que Dios protegiera a la tripulación. Finalmente todos se salvaron.
Pablo seguramente ya había perdonado a los hombres que lo llevaban prisionero. Solo Dios pudo ayudarlo a hacer eso. Él no merecía estar encadenado, pues lo único que estaba haciendo era predicando las buenas nuevas de Jesús.
¿Necesitas perdonar hoy a alguien? Pídele a Dios que te ayude a hacerlo. Su perdón es más fuerte que un huracán.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush