«Exterminaré de este lugar [...] a los que en las azoteas se postran en adoración ante las estrellas del cielo, a los que, postrados en adoración, juran lealtad al Señor, y al mismo tiempo a Moloc» (Sofonías 1:4,5, NVI).
Hoy (o mejor dicho, esta noche) estamos en una misión nocturna. Nos encontramos en la cima de una montaña, lejos de las luces de la ciudad, para poder contemplar otras luces. De hecho, miles de millones de ellas. Estamos viendo la Vía Láctea.
La Vía Láctea es la galaxia donde vivimos y podemos verla como una banda de estrellas que se extiende de un lado al otro en el cielo nocturno. Además de nuestro Sol, en la Vía Láctea hay miles de millones de soles. Esto es simplemente asombroso. Pero lo más asombroso de todo es que hay millones de galaxias además de la nuestra. ¡Qué creador tan maravilloso es nuestro Dios!
El versículo de hoy nos cuenta una triste historia sobre unas personas que estaban tan fascinadas con la Vía Láctea y las demás estrellas que comenzaron a adorarlas en vez de adorar al Dios que las creó. Qué triste se debe de haber sentido Dios. Él creó todas esas estrellas para nosotros y resulta que algunos terminan adorando a la creación en vez de al Creador Nunca permitas que nada tome el lugar de Dios en tu vida. ¡Él quiere ser el número uno siempre!
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush