«¿Puede comerse sin sal la comida desabrida? ¿Tiene algún sabor la clara de huevo?» (Job 6:6, NVI).
¿Estás listo para el postre? Ven a mi cocina, que mi esposa está preparando unos deliciosos profiteroles. Los profiteroles son unas bolas de masa dulce rellenas de una deliciosa crema batida. ¡Son riquísimos!
Yo le pregunté a mi esposa cómo hacía para que quedaran tan suaves y esponjosos y ella me dio el secreto. ¿Estás listo para saberlo? Aunque no lo creas, el ingrediente clave es la clara de huevo. Cuando ella está amasando la harina, le echa una clara de huevo a la mezcla. ¿Te has dado cuenta de que no puedo dejar de hablar de ellos? ¡No puedo esperar a probarlos! Cuando los profiteroles salen del horno están suaves y esponjosos. La clara de huevo es la que marca la diferencia. Si no fuera por ese ingrediente, los profiteroles serían unas simples bolas duras de masa que nadie querría probar
¿Sabías que tú también puedes ser como la clara de huevo? Puedes ser la clase de persona que suaviza y endulza todo lo que le rodea. Con una sonrisa y una buena actitud, puedes animar incluso a la persona más triste que te encuentres. Así que si alguien dice que eres muy dulce, dale las gracias y ofrécele una buena sonrisa.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush