«Igualmente comerciaban contigo Judá e Israel, y te pagaban con trigo de Minit, y con pasteles, miel, aceite y bálsamo» (Ezequiel 27:17).
Qué lugar tan ruidoso, ¿verdad? Estamos caminando por un mercado al aire libre. Todos han traído cosas para vender. Mira, aquel hombre trajo ropa, este otro trajo animales, esa mujer trajo unas vasijas y ese hombre trajo bálsamo. ¿Sabes qué es el bálsamo? El bálsamo es el aceite que se extrae de las hojas de algunas plantas. Tiene un olor muy especial y se usa para darle sabor al té, a las sopas e incluso a algunas bebidas de frutas. La mayoría de los bálsamos se obtienen del aceite de diferentes clases de plantas de menta y tienen mucho sabor.
Dios quiere que tú también seas como el bálsamo. Él quiere que hagas que la vida de aquellos que te rodean tenga un mejor «sabor». Él quiere que endulces la vida de tu vecino desanimado. Que calmes a tu amigo enojado mediante una bella sonrisa. Dios nos ha dado tantas cosas buenas que podemos compartir; que debemos sentirnos muy agradecidos. Todas estas cosas que nos alegran la vida son para que nosotros podamos alegrar la vida de los demás. Sé un bálsamo para Dios y llena de un agradable sabor la vida de los que te rodean.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush