«Se le cortaron algunas de las ramas, y en su lugar se le injertó el olivo silvestre, que eres tú. Así llegaste a tener parte en la misma raíz y en la misma vida del olivo» (Romanos 11:17).
En nuestra aventura de hoy vamos a ver algo extraordinario. Vamos a ver dos manzanos en uno. Te explico: cuando en la huerta del señor Manzanero hay un manzano que produce manzanas deliciosas, él quiere que los demás árboles sean como ese. Así que corta una rama de su mejor manzano. Entonces, abre una ranura en el tronco de un manzano joven e inserta la rama de su mejor árbol en ella. ¿Adivina qué? ¡Esta crece! A esto se lo conoce como injerto.
Dios también puede hacer que su vida se una a la tuya, aunque de una manera diferente a la del señor Manzanero en su huerta de manzanos. Lo único que sé es que cuando Dios une su vida a la tuya te conviertes en una persona mejor. Te vuelves más bondadoso. Das más amor. Te muestras más generoso. Pero eso no lo haces tú sino el poder de Dios que vive en ti. Pídele hoy a Dios que «injerte» su vida en ti. Pídele que te ayude a ser un cristiano que lleve a otros al gran «cultivadora, que es Jesús.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush