Lugar: Portugal
Palabra de Dios: Lucas 17:26,27
Los habitantes del pueblo de Vilarinho das Fumas estaban en peligro. El nivel del agua estaba subiendo rápidamente. "Por favor, evacúen sus casas", indicaron los oficiales a los residentes. "El pueblo se va a inundar".
Las 52 familias que vivían en la aldea aceptaron dejar sus hogares. Empacaron lo que pudieron y se apresuraron a ir a un lugar más seco. Y fue bueno que lo hicieran: como se había anticipado, el nivel del agua continuó subiendo, dejando el pueblo bajo agua.
Vilarinho das Fumas permaneció bajo el agua durante 35 años. Luego, a comienzos de 2005, una sequía hizo que el nivel del agua descendiera y descendiera, dejando el pueblo a la vista. Sus residentes volvieron a ver los restos de sus casas. Los techos habían desaparecido, pero la mayor parte de las paredes de piedra seguían en pie.
Qué suerte que habían escuchado la advertencia. A diferencia de la gente de la época de Noé. La Biblia nos dice que procuró advertirles del peligro inminente, pero ellos no lo escucharon. Nadie creía que un diluvio destruiría el mundo. Y por eso fueron condenados.
La Biblia dice: "Tal como sucedió en tiempos de Noé, así también será cuando venga el Hijo del hombre. Comían, bebían, y se casaban y daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y los destruyó a todos".
Jesús viene pronto. Y de nosotros depende si seremos como los habitantes de Vilarinho das Furnas, quienes escaparon a un lugar seguro, o como la gente de los tiempos de Noé, que ignoró las advertencias y fueron destruidos. La elección es de nosotros. Escuchemos la Palabra de Dios, y permanezcamos de pie, en terreno seco.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson