«Y vi los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono; y fueron abiertos los libros, y también otro libro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados de acuerdo con sus hechos y con lo que estaba escrito en aquellos libros» (Apoc. 20: 12).
Unos jóvenes pasaron frente a un hombre al que llamaban «el Loco». Estaba en el suelo, en un callejón, sucio y con un libro entre las manos. Leía y lloraba. Leía y lloraba.
¿Por qué lloras, loco? —le preguntaron los jóvenes riéndose de él a carcajadas, pues se habían dado cuenta de que el libro estaba en blanco—. ¿No ves que ese libro no dice nada?
¡Claro que sí! —respondió el hombre—. Lo que pasa es que ustedes no han leído el título.
Uno de los muchachos le arrebató el libro de las manos para leer: Grandes obras que ha hecho la humanidad por los necesitados. Con razón aquel hombre lloraba: los necesitados son los grandes olvidados de la humanidad. Un título así conmueve a cualquiera.
La necesidad de este mundo es descomunal. Existen personas en todas partes, incluso muy cerca de ti, que tienen hambre, frío y profundas carencias físicas, materiales y espirituales. ¿Qué harás al respecto? Jesús les dijo a sus discípulos: «Ciertamente la cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos» (Mat. 9: 37). Miles de personas están a la espera de que alguien llegue a mostrarles el amor de Jesús, en teoría y en la práctica. Eso, hasta un niño puede hacerlo.
Razy, una pequeña de casi ocho años, estaba sentada con las piernas cruzadas en un soleado día. Mientras los misioneros de Shikiari corrían de un lado a otro atendiendo a los enfermos, ella hablaba a un grupo de niños nativos que la escuchaban con mucha atención.
¿Qué les dijiste a esos niños? —le pregunté yo un tiempo después.
Les dije que Jesús vendrá pronto a llevar al cielo a quienes acepten ser sus hijos. Ellos dijeron: «Yo querer ir al cielo. Yo querer ir con Jesús».
Ese día, esos pequeños entregaron su corazón a Jesús gracias a la influencia de una niña. En los libros de registro del cielo, Razy tendrá una página especial. ¿Y tú? ¿Qué crees que contendrán esos libros sobre ti? Recuerda que algún día serás juzgada de acuerdo a lo que esté escrito en ellos. Yo me conformo con que digan, sencillamente: Patricia vivió para servir.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020
UN DÍA A LA VEZ
Patricia Muñoz Bertozzi
Lecturas Devocionales para Mujeres 2020.