Yo soy el que por amor a mí mismo borra tus transgresiones y no se acuerda más de tus pecados (Isaías 43:25).
En un lugar de Escocia vivió un médico que se distinguió entre la gente por su gran generosidad. Después de su muerte, al revisar sus libros donde llevaba el registro de los cobros a sus pacientes, se encontraron muchas cuentas marcadas con tinta roja y escritas a un lado las siguientes palabras: «Cancelada, demasiado pobre para pagar». Su esposa, que era de un carácter opuesto al de él, consideró que todas esas cuentas debían cobrarse, así que llevó el caso a la corte. El juez le preguntó:
—¿Esto que está escrito con tinta roja es de puño y letra de su esposo?
—Sí, señor —contestó la viuda.
—Entonces no hay tribunal en el mundo que pueda exigir el pago de estas cuentas, puesto que su esposo escribió que están canceladas —afirmó el juez.
En algún momento de la historia de nuestra vida, así como esta viuda trató de cobrar esas deudas canceladas, Satanás tratará de reclamar nuestras vidas como suyas, nos reclamará como sus súbditos, mencionará nuestros defectos de carácter, comenzará a nombrar cada uno de los pecados que nos indujo a cometer y cómo deshonramos a nuestro Creador y Redentor.
Si te sientes atormentada por un pasado de pecado, sea cual fuere el error, no debe preocuparte, porque hay alguien que ya pagó por eso, y canceló esa cuenta pendiente no con tinta roja, sino con su sangre preciosa. Únicamente necesitamos confesar nuestros pecados, y él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).
«A todos los que se hayan arrepentido verdaderamente de su pecado, y que hayan aceptado con fe la sangre de Cristo como su sacrificio expiatorio, se les ha inscrito el perdón frente a sus nombres en los libros del cielo; como llegaron a ser partícipes de la justicia de Cristo y su carácter está en armonía con la ley de Dios, sus pecados serán borrados, y ellos mismos serán juzgados dignos de la vida eterna. El Señor declara por el profeta Isaías: "Yo, yo soy aquel que borro tus transgresiones a causa de mí mismo, y no me acordaré más de tus pecados"» (E! conflicto de los siglos, p. 537).
En un lugar de Escocia vivió un médico que se distinguió entre la gente por su gran generosidad. Después de su muerte, al revisar sus libros donde llevaba el registro de los cobros a sus pacientes, se encontraron muchas cuentas marcadas con tinta roja y escritas a un lado las siguientes palabras: «Cancelada, demasiado pobre para pagar». Su esposa, que era de un carácter opuesto al de él, consideró que todas esas cuentas debían cobrarse, así que llevó el caso a la corte. El juez le preguntó:
—¿Esto que está escrito con tinta roja es de puño y letra de su esposo?
—Sí, señor —contestó la viuda.
—Entonces no hay tribunal en el mundo que pueda exigir el pago de estas cuentas, puesto que su esposo escribió que están canceladas —afirmó el juez.
En algún momento de la historia de nuestra vida, así como esta viuda trató de cobrar esas deudas canceladas, Satanás tratará de reclamar nuestras vidas como suyas, nos reclamará como sus súbditos, mencionará nuestros defectos de carácter, comenzará a nombrar cada uno de los pecados que nos indujo a cometer y cómo deshonramos a nuestro Creador y Redentor.
Si te sientes atormentada por un pasado de pecado, sea cual fuere el error, no debe preocuparte, porque hay alguien que ya pagó por eso, y canceló esa cuenta pendiente no con tinta roja, sino con su sangre preciosa. Únicamente necesitamos confesar nuestros pecados, y él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).
«A todos los que se hayan arrepentido verdaderamente de su pecado, y que hayan aceptado con fe la sangre de Cristo como su sacrificio expiatorio, se les ha inscrito el perdón frente a sus nombres en los libros del cielo; como llegaron a ser partícipes de la justicia de Cristo y su carácter está en armonía con la ley de Dios, sus pecados serán borrados, y ellos mismos serán juzgados dignos de la vida eterna. El Señor declara por el profeta Isaías: "Yo, yo soy aquel que borro tus transgresiones a causa de mí mismo, y no me acordaré más de tus pecados"» (E! conflicto de los siglos, p. 537).
Karína Osaría
Tomado de Manifestaciones de su amor
Tomado de Manifestaciones de su amor